La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, aseguró ayer al hablar en un acto público donde fue abucheada por sindicalistas, que su gobierno superará la crisis con la generación de empleos y distribución de renta.
"Hoy estamos frente a una crisis, Brasil sabe que va a enfrentar esta crisis garantizando empleo para todos, asegurando empleos para la parte más frágil (de la población) que no tiene estabilidad", aseveró Rousseff.
La jefa de Estado subrayó la palabra "estabilidad", lo cual
pareció ser una alusión a los empleados estatales que por ley no
pueden ser dimitidos, a diferencia de lo que ocurre con los del
sector privado.
Unos 350.000 empleados públicos federales están en huelga en
demanda de aumento de salarios y han realizado actos de protesta
en varias capitales esta semana, en el marco del endureciiento
de las relaciones con el gobierno.
Rousseff señaló hoy, al hablar en Rio Pardo, localidad del
interior del estado de Minas Gerais, que su gobierno seguirá
trabajando para que la economía "crezca y distribuya renta . . .
(porque) este país tiene que ser hecho para la mayoría de sus
habitantes".
En la ceremonia encabezada por Rousseff y varios ministros
de su gabinete fue lanzada una nueva fase del programa Brasil
Sonriente de salud bucal, destinado la población de menores
recursos.
La presidenta fue aplaudida por el público que se encontraba junto al escenario pero un grupo de manifestantes pertenecientes a gremios de la educación universitaria, situados a cierta distancia, expresó frases de repudio y silbidos durante todo el discurso.
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