Trabajadores mineros que testimoniaron ayer en la causa Avelino Bazán por 27 detenciones ilegales y la desaparición de ese emblemático dirigente sindical, pusieron al descubierto el plan sistemático de la represión de fuerzas conjuntas, sectores de empresarios y la jerarquía de la iglesia durante la última dictadura.
Los cuatro testigos de ayer recordaron que las preguntas que les hicieron en los lugares donde estuvieron detenidos en Jujuy apuntaban a involucrarlos a ellos y al ex dirigente sindical minero Avelino Bazán, con las Brigadas Rojas, el ERP, y el marxismo y que sobre esos temas "no sabíamos nada".
Alberto Aramayo, un humilde minero que trabajaba en la empresa El Aguilar, relató que su propio jefe en el taller mecánico donde prestaba servicio en la empresa lo obligó a finalizar una tarea de chapa y pintura en una camioneta en la que posteriormente fue traído a la central de policía de Jujuy.
"Yo no sabía que preparaba la camioneta para mi detención, por esos me apuraban", señaló Aramayo en videoconferencia desde el Tribunal Oral de Salta, en el marco del juicio por crímenes de lesa humanidad que se llevan adelante en Jujuy.
El principal imputado en la causa es el ex militar Antonio Orlando Vargas por partícipe necesario del delito de privación ilegítima de la libertad calificada, quien escuchó los testimonios por videoconferencia desde el Penal 1 de Ecoica, donde está internado.
Detenido el 8 de septiembre de 1976 y liberado en enero del 77, Aramayo contó al tribunal que al momento de detenerlo no le mostraron ninguna orden y actuaron los oficiales de policía Justino Rivera y el comandante Jorge Borges do Canto, padeciendo golpes en una comisaría de Humahuaca donde le hicieron firmar una declaración que "nuca pude ver".
Trasladado al penal de Villa Gorriti, donde el imputado Vargas era el director del Servicio, dijo que permaneció incomunicado por unos 40 días y era obligado a hacer sus
"necesidades" en la celda y comer en el mismo lugar.
El testigo agradeció al ex obispo de la Prelatura de Humahuaca, José María Márquez Bernal, por haberlo ayudado a recuperar su libertad, como todos los detenidos que no fueron llevados a otras provincias.
En contrate, el testigo Reinaldo Aguilar contó que el ex obispo de Jujuy, Miguel Medina, cuando él se encontraba incomunicado apareció en su celda y le pedía a todos los detenidos que "digamos la verdad" para poder ayudarlos.
Aguilar manifestó que cuando lo detuvieron lo llevaron a la comisaria de la Mina en una camioneta de la Policía Federal y desde allí al Penal de Gorriti, obligando a su esposa posteriormente a renunciar a su trabajo y como no hizo la echaron de la empresa y le cargaron sus cosas en una camioneta con sus dos hijos.
En los interrogatorios reconoció al imputado Vargas, al gendarme Borges do Canto, y dijo haber visto en el penal al ex intendente de Libertador, Luis Aredez y al dirigente sindical Avelino Bazán, al igual que "mucha gente" de San Pedro, todos "mal sicológicamente".
Por las noches en el penal de Gorriti "lo hacían gritar todas las noches a un flaquito. Decían que era integrante del ERP. Lo vi cuando lo sacaban al baño, después desapareció", cortó el relato Aguilar.
"Me llevaron a La Plata porque no quería firmar una declaración (ante Borge do Canto y Vargas) culpando a Avelino Bazán" de los hechos del Aguilarazo, una huelga ocurrida en 1973, donde murió un obrero minero por una bala de un gendarme, recordó Bruno René Díaz.
Díaz, también mecánico, detenido el 26 de marzo del 76, fue llevado en un avión Hércules y golpeado lo mismo que a sus compañeros.
Recordó que estuvo hasta enero del 77 con la misma ropa y un par de alpargatas, que cambio casi al finalizar su cautiverio porque una hermana le llevó un par de zapatillas Pampero.
El declarante hizo un gran aporte a las cinco causas acumuladas, ya que dijo haber visto, hablado y jugado al fútbol en la hora de recreo con el desaparecido intendente de Libertador Luis Aredez y con el actual intendente de San Pedro, Julio Moisés.
Fausto Calapeña, también secuestrado por el Proceso, declaró ante el tribunal que preside René Casas, que fue detenido en marzo del 76 hasta agosto del 77 y su celda en el penal de Jujuy estuvo flanqueada por las de Aredes y Bazán.
Dijo que cuando lo trajeron de la mina "la compañía (minera Aguilar) puso todos los elementos "hasta el combustible".
El Tribunal al cierre de la audiencia de hoy negó un pedido de trasladado al Chaco que realizó la defensa de José Eduardo Bulgheroni, imputado en las causas Galeán Paulino y otros" y "Aragón Reynaldo y otros".
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