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AMPLIARMariela Acotto y Carlos Podazza a puro tango

Loca por el tango

Tangópata fue el espectáculo realizado por Mariela Acotto y Carlos Podazza durante el fin de semana. Baile, tangos clásicos, electrónicos, invitados y ovación de pie para un show sin desperdicio.

El Árbol de Galeano se convirtió el viernes en una milonga. “Este espectáculo se llama Tangópata porque estoy loca por el tango”, dijo Mariela Acotto cuando pisó el escenario, acompañada como siempre, por ese gran maestro, Carlos Podazza.

Un vestido rojo que hacía juego con los labios se impuso de entrada. A Podazza, por su parte, su facilidad para darle melodías a esa guitarra es suficientes para lograr una presencia única. El dúo Acotto-Podazza se compenetra de tal modo, que más de uno se emocionó. Sobre todo con el tango “Volver”, “Pedacito de cielo” y un incomparable “Pasional” que inundó la sala, repleta, incluso gente se quedó afuera.

En esta ocasión Víctor Juárez estuvo con su bandoneón de arrabal, acompañando de la mejor forma.

Como invitados estuvieron Yenny Alonso quien cantó tres tangos, entre ellos “Balada para un loco”. Al presentarla, Mariela comentó lo feliz que se siente de compartir escenario con su maestra de canto.

El Grillo Córdoba también participó. Adelantando su espectáculo de este viernes cuando presente ante el público su primer trabajo discográfico.

“Ventarrón” fue el tema de Patricia Rodríguez, amiga de caminos, de Acotto. Se abrazaron. Luego la “Pato”, como la conocen sus amigos, cantó con potencia, con pasión.

El grupo Idai Tango, (Emilia Andrada, Benjamín Galián, Ivana Quinteros, Fernanda García Aráoz, Esteban Greco) fue el encargado de darle baile a la fiesta.

Una perlita fue la presencia de Nicolás Aiziczon, junto a su teclado, hizo tango electrónico. Momento más que interesante debido a que Carlos Podazza se metió de imprevisto con su guitarra, generando con la voz de Mariela, que a esa altura ya vestía de negro, un momento exquisito.

Una noche maravillosa en donde el público aplaudió de pie.

“Nosotros también nos merecemos una noche así”, comentó a la salida una señora que iba del brazo con su marido.

Sebastián Ganzburg