La magistrada de Girona, España, que investiga la muerte de Juan Pablo Torroija cuando estaba detenido en esa ciudad, dispuso el cierre de la causa, al considerar que se trató de un "suicidio" y que no hubo omisión o negligencia policial a la que pueda atribuirse lo sucedido.
La decisión fue tomada por la titular del Juzgado de Instrucción 4 de Girona, Gemma Garces Sese, quien dispuso el "sobreseimiento libre" porque los hechos "no son constitutivos de delito".
En la resolución, a la que accedió Télam, la magistrada deduce que "la muerte de Juan Pablo Torroija se produjo por un acto voluntario de suicidio, sin que se aprecie omisión penalmente relevante en la actuación de los agentes custodios a la que se pueda atribuir el resultado producido y menos aún una actuación voluntaria negligente".
"Los agentes tuvieron un correcto actuar respecto a la custodia del detenido, adoptando las medidas necesarias tendientes a garantizar su integridad física", indica.
"Al percatarse que podía haberse autolesionado practicaron de manera inmediata las maniobras de reanimación necesarias y al mismo tiempo avisaron a los servicios médicos. Hasta la llegada de éstos, se hicieron cargo del detenido hasta su traslado al hospital donde murió tres días después", añadió la jueza.
Según Garces Sese, "tal correcta actuación queda reflejada en la grabación de las cámaras de seguridad de las dependencias policiales adjuntadas a las actuaciones".
"El detenido no mostraba una actitud o conducta que hiciera presumir una actuación policial distinta a la llevada a cabo, y mucho menos aún prever el fatal desenlace", consideró.
En cuanto a cómo se sucedieron los hechos, la jueza dijo que Torroija fue detenido con otro hombre tras un llamado telefónico que alertó de la presunta comisión de un robo con fuerza en el interior de un vehículo.
La magistrada sostiene en su resolución que como medidas previas al ingreso de Torroija a la celda se procedió a su registro y se le retiró un cordón que utilizaba como cinturón y los cordones de los zapatos y que, a pedido de él, se le dio un vaso de plástico con agua, y luego se le retiró.
Garces Sese detalló que había dos agentes custodios y que, cuando se produjo el cambio de guardia, uno de ellos "se encontró a Torroija sentado de espaldas a la puerta de barrotes, con la camisa atada al cuello y los barrotes, y con los brazos colgando".
Según se detalla en el escrito, el agente lo sacudió y, al comprobar que no respondía, llamó a sus compañeros, le practicaron maniobras de reanimación cardio respiratorias y se llamó a los servicios de Emergencia, que se hicieron cargo del detenido y lo trasladaron al Hospital Trueta.
Como consecuencia de las lesiones, Torroija murió el 14 de julio a las 13.26 por una "anoxia cerebral por ahorcamiento", según el informe forense, que añade que "no presenta signos externos de patología violenta, excepto unas erosiones en los dedos de las manos y herida en fase de cicatrización en zona lateral torácico".
La familia de Torroija se enteró de la muerte dos semanas después, el 28 de julio pasado, cuando comenzó a buscarlo al no tener noticias suyas desde el 11.
Este miércoles, con representación de abogados, entre ellos un hermano del fallecido, la familia fue aceptada como parte en la causa y aún no fue notificada formalmente de la decisión judicial tomada este jueves.
El padre del fallecido, Omar Torroija, adelantó que recurrirán la resolución y dijo que si su hijo se ahorcó se lo tendrán que demostrar.
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