Popular novelista merecedora de numerosos premios literarios, fue autora de "Los que comimos a Solís", "Violentos jardines de América", "Jaque a Paysandú", "La amante del Restaurador", "Las batallas secretas de Belgrano", "El general, el pintor y la dama", "Un dandy en la corte del rey Alfonso" entre otros relatos y novelas históricas. Había nacido en Larroque el 1 de noviembre de 1925. VIDEO
Bajita, amable, cariñosa, simpática, De Miguel era hija de un inmigrante español y de una madre judía. Tenía ocho años cuando ganó su primer premio literario, por una composición del colegio. Por esos años en su futuro había una duda: ¿escritora o artista de circo?
Con la adolescencia, las dudas fueron otras. Buscó las respuestas en una pila
de vidas de santos. "Si Dios existe hay que ver dónde está", se dijo,
yentró a la congregación de las Paulinas, un convento de monjas laicas, en
Buenos Aires. Eso le llevó diez años, durante los que tomó clases en Filosofía
y letras, hizo una revista, hizo trabajo social e incluso ganó una beca para
estudiar literatura en Italia. Cuando volvió dejó el convento y se quedó
en la literatura. "Ahora sé que vine a Buenos Aires para seguir estudiando
y escribir, pero la única coartada que encontré fue decir que venía al
noviciado", había contado.
En 1961 escribió La hora undécima, que ganó el premio Emecé. En 1965, Los
que comimos a Solís, que recibió el Premio del Fondo Nacional de las Artes y el
Segundo Premio Municipal. Cinco años después, publicó Calamares en su
tinta; en 1972, En el otro tablero; en 1980,Espejos y daguerrotipos, que
se llevó el Premio Municipal. En 1983 salióJaque a Paysandú y en 1993, una
de las novelas históricas que le darían fama y lectores: La amante del
restaurador. En 1995, Las batallas secretas de Belgrano estaría
varias semanas entre los libros más vendidos del país. En 1996 ganó el Premio Planeta
por El general, el pintor y la dama —en el jurado estaban Tomás Eloy
Martínez, Mario Benedetti y Angeles Mastretta— y en 1997 recibió el Premio
Nacional de Literatura. En 1999 salió Un dandy en la corte del rey Alfonso y
en 2001, El palacio de los patos.
Estaba atenta a las cuestiones de género. Formaba parte —en un grupo en el que
predominan las editoras— de "Las mujeres del libro". Compartía ese
espacio con Marta Díaz, directora de la Feria del Libro y amiga suya: "Fue
consejera de la Fundación El Libro, fue una de las impulsoras de la Feria, en
la época en la que la que la Feria se hacía en la calle. Pero más allá de eso era
buena amiga, divertida, creativa".
Marcos Aguinis la conocía hace mucho. "En 1972 me habían dado la Faja de
Honor de la SADE. Ella era miembro de la Comisión Directiva y me llamó muchas
veces a Río Cuarto, donde yo vivía, para que viniera a recibirla. Me recibió
con generosidad. La misma que tenía con los escritores jóvenes:siempre estaba
dispuesta a leer manuscritos". Aguinis la leyó desde los primeros libros:
"Tenía una muy buena capacidad para desarrollar un relato. Ella se
consideraba una 'cuentera'".
Vicente Battista, otro ganador del Premio Planeta, fue su vecino: "Nos
encontrábamos en el mercado municipal de la calle Billinghurst, en el puesto
del pescador, y nos parábamos a hablar de literatura. Yo le solía tomar el
pelo: '¡Pobre Belgrano, cómo lo dejaste!', aunque lo que más me interesaba de
ella eran sus cuentos. Era una persona llena de vida".
Vivía con Andrés Alfonso Bravo, su marido, a quien conoció a fines de los 60. No
quiso tener hijos. Contaba que desde joven había querido "tener un amante
y escribir un libro". Así lo hizo.
Fuente: Clarín
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