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AMPLIAREstatua La Libertad, de Lola Mora

Historias mínimas de Tucumán: Plaza Independencia, lugar de libertad

El principal paseo público de la Ciudad Histórica es sitio de reunión de los más variados espectáculos. Música, presentación de vehículos, protestas, reclamos, quejas y pedidos, todo se hace desde ese lugar..

Es una película neorrealista lo que hay y sucede en ese lugar todos los días.

En medio de las más variadas y muchas veces violentas protestas se pasean  perros callejeros, turistas, estudiantes, vendedores ambulantes, ciclistas , skaters y  motociclistas. Esos y muchos más personajes nuclear diariamente una variada fauna placera.

“Yo vengo aca porque en casa no tengo lugar”, me cuenta una anciana que sentada en un banco teje sin apuros. Me comenta que vive cerca y que tiene el hogar lleno de nietos y loe espacios le quedaron chico. “ A mi me gusta más estar sentada escuchando música que en clase del colegio”, se sincera una adolescente risueña. “ Ya no lustramos como antes, hay mucha gen que usa zapatillas”, confiesa un veterano lustrador.” Es hermosa y los edificios que la rodean la jerarquizan más aún”, comentan unas turistas sureñas que llevan tres días paseando por el Jardín de la República.

La Plaza Independencia es , después de la Casa Histórica, uno de nuestros mayores símbolos postales. Un lugar donde lo heterogéneo de sus habitantes es digno de una película. Allí se abrazan simpatizantes del fútbol, jubilados, policías retirados, estudiantes yuteros, parejas de enamorados, pasajeros de transportes truchos, comerciantes callejeros, tribus de trabajadores del mangazo entre numerosos personajes de la fauna tucumana callejera.

Para protestar, pedir, vivar a un club , mostrar que se logró un título profesional, montar un espectáculo, presentar artistas, trabajos comunitarios, propaganda política, ómnibus nuevos, taxis viejos, máquinas de cualquier especie, pasear imágenes de algún santo en su día y toso lo imaginado, repartir volantes, promocionar actos públicos y privados, competencias de bicicletas, motos, autos ,  exhibir el nuevo vehículo, insultar a gobernantes,  dirigentes, alabar políticos entre muchos reclamos o muestras  la Plaza Independencia es el lugar adecuado.

La Plaza Independencia tiene verde, árboles añejos, bebederos, palomas, bancos sucios y limpios, pintados y despintados, avisadores pintarrajeados, pisos rotos y sanos, leyendas, escrituras de pésimos gustos, luces intensas, fuente de agua, cadenas, verjas, desniveles, flores, hormigas, ratones, pájaros, cestos papeleros, botellas vacías, etiquetas de cigarrillos, preservativos usados. Todo rodeando una estatua realizada por Lola Mora en homenaje a La Libertad. Vaya placer el tener las dos cosas.

Los tucumanos hablamos y presumimos que vivimos en una gran ciudad. Pero con lo que hacemos diariamente en la manzana de 25 de Mayo, Narciso Laprida, 24 de Setiembre y San Martín seguimos siendo habitantes de una gran aldea.

Daniel A. Villalba
villalbadaniel07@gmail.com