Los sindicatos convocaron manifestaciones en 80 ciudades bajo el lema "Quieren arruinar el país. Hay que impedirlo", contra este plan que prevé la subida del IVA y recortes en la función pública.
Una marea humana invadió el centro de Madrid para protestar contra las nuevas medidas de austeridad del gobierno español, aprobadas este jueves por el Parlamento.
Este jueves cientos de miles de personas tomaron las calles en unas 80 ciudades del país en la primera gran manifestación nacional contra el más reciente ajuste del gobierno de Mariano Rajoy, horas después de la aprobación del paquete de medidas en el Congreso de los Diputados.
Los manifestantes desbordaron el centro de Madrid y Barcelona en respuesta a la convocatoria de las grandes centrales sindicales Comisiones Obreras (CC.OO.) y Unión General de Trabajadores (UGT), también apoyada por organizaciones sociales, otros gremios y el movimiento de los "indignados", en una muestra inédita de unidad.
Hartos de tener que pagar el costo de la crisis, miles de ciudadanos se volcaron a las calles de Norte a Sur –en Bilbao, Vigo, Sevilla, Valencia, entre otras ciudades-, para sumar sus fuerzas a los empleados públicos, sector que lleva una semana protestando contra los recortes del gobierno.
Bajo el lema “la cultura no es un lujo”, actores, directores y trabajadores del mundo de la cultura fueron los primeros en manifestarse en Barcelona y Madrid frente a los ministerios de Cultura.
“Se están cargando el futuro de una generación”, afirmó el actor Javier Bardem, al rechazar las medidas del gobierno, entre las que figura una suba del IVA que afecta al sector.
En la capital, los manifestantes ocuparon el Paseo del Prado desde Aconcha hasta Cibeles y llegaron a la emblemática Puerta del Sol. La estimación de los medios españoles fue que la protesta reunió a unas 100.00 personas.
“Quieren arruinar el país, hay que impedirlo, somos más”, fue el lema que encabezó la protesta contra el duro paquete de ajuste, que incluye también la supresión de la paga extra de Navidad de empleados públicos y un recorte en el subsidio de desempleo.
En Madrid, antes del inicio de la marchas, los líderes de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, respectivamente, exigieron al gobierno que rectifique las políticas de austeridad bajo la amenaza de más ovilizaciones.
Toxo exigió a Rajoy un referendo para convalidar sus medidas porque “está incurriendo en un fraude democrático al tomar decisiones que no estaban en su programa”.
Bomberos, policías, profesores, empleados del sector sanitario, estudiantes, profesionales y desocupados protagonizaron la protesta, que reclamó la dimisión de Rajoy y una huelga general.
La misma imagen se repitió en Barcelona, donde la marcha llenó las calles desde Plaza Urquinaona hasta Pla del Palau, en un recorrido de unas 10 cuadras. Según los organizadores la manifestación reunió a 400.000 personas, aunque la policía barcelonesa rebajó la participación a 40.000.
“Tenemos que parar estas medidas, estamos en un Estado de excepción, se han saltado todos los derechos que conseguimos”, afirmó Diego Caballero, un bombero de 48 años de Barcelona.
“Están atacando a la gente más desfavorecida, que no podrá subsistir”, apuntó por su parte Ismael, un policía nacional, quien cree que la protesta “irá a más y será peor”.
Más tameprano, el Congreso de los Diputados español respaldó, gracia a la mayoría absoluta del derechista Partido Popular (PP), el mayor ajuste de la historia de la democracia española, no solo con la gente en la calle sino con los mercados ejerciendo una fuerte presión sobre la deuda del país.
Las nuevas medidas de ajuste, que concitaron el voto en contra de toda la oposición, implican recortes por 65.000 millones de euros para evitar un quiebre de la banca local y el cese de pagos a los tenedores de deuda, principalmente bancos franceses y alemanes.
Sólo el PP votó a favor del plan, ya que los representantes de varios partidos de la izquierda minoritaria se fueron de la cámara en el momento de la votación, como gesto de rechazo, y el resto votó en contra, con una única abstención de un partido de Navarra.
Rajoy no acudió al Congreso a debatir el histórico recorte, un hecho que fue duramente criticada por la oposición socialista, debido a la trascendencia de las medidas, que suponen el mayor “tijeretazo” al Estado de bienestar de la historia.
En pleno debate, el riesgo país volvió a dispararse hasta rozar el récord de los 589 puntos (cerró 578), después de que el Tesoro Público efectuó una subasta en la que colocó prácticamente todo lo previsto (3.000 millones de euros) pero tuvo que pagar los intereses más altos en toda la era euro.
La rentabilidad del bono español a diez años en el mercado secundario de deuda superó el 7% (cerró en 7,004 %), con lo que España se halla una vez más en la zona crítica de rescate total.
El acoso de los mercados se vio impulsado en parte por las dudas generadas por el propio gobierno, que a través de su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sostuvo que no tenía dinero para pagar los sueldos de los empleados públicos.
El ministro reiteró su advertencia hoy al defender el ajuste: "No hay dinero en las arcas públicas para pagar servicios”.
Montoro argumentó que el gobierno está “obedeciendo” a las recomendaciones de Bruselas porque “si queremos ser Europa y construir Europa tenemos que dejar parte de nuestras ideas en la orilla”.
La presión de los mercados persiste ante las dudas sobre la capacidad de España, y especialmente sus comunidades autónomas, de cumplir con los objetivos de déficit ante las perspectivas de recesión, y debido a que aún no se conocen todos los detalles del rescate europeo para la banca española.
La Cámara baja alemana (Bundestag) aprobó hoy el rescate para España, que, según develó la prensa, permitirá al gobierno de Rajoy emplear parte del dinero de la recapitalización bancaria para comprar deuda en el mercado primario.
El último ajuste es la contrapartida a las ayudas de sus socios europeos, que exigen a España rebajar el déficit público del actual 8,9 al 2,8% en 2014 a base de “tijeretazo”.
“Hay que reducir gastos públicos, servicios públicos, porque nos conviene para crecer. No todo cabe en ellos”, subrayó Montoro, defendiendo el dogma neoliberal de que hay que reducir el peso del Estado y dejar vía libre a la inversión privada.
En su intervención contra el ajuste, el líder del Partido Socialista (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que es “humillante” que el Bundestag debata las condiciones del rescate a España y en el parlamento español no se discuta este asunto.
"Los mercados han leído perfectamente sus medidas económicas y han dicho: `Esto es lo peor`", aseguró Rubalcaba, quien pidió a Montoro que “tome un avión a Bruselas y diga que los recortes son una barbaridad”.
El líder de los socialistas también reprochó al gobernante PP que haya engañado a los ciudadanos con las promesas de campaña de Rajoy de que no pensaba aumentar los impuestos.
"O ustedes pensaron que cambiando el gobierno bajaba la prima de riesgo, y son unos incompetentes, o mintieron a los españoles", sostuvo.
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