La información sobre los casos de suicidio requiere una reflexión sobre al tratamiento a otorgarle, por parte de los medios de comunicación y de la población en general, señaló una funcionaria del Ministerio de Salud. El contexto es el tratamiento de la muerte de las jóvenes salteñas.
La directora Nacional de Salud Mental y Adicciones, la psicóloga María Matilde Massa, formuló esos conceptos en momentos en que la muerte de las jóvenes salteñas halladas el lunes último centra gran parte del interés de la prensa, aunque no mencionó el caso.
"Invitamos a todos los medios de comunicación y a la población en general a reflexionar sobre el tratamiento que le damos a la información que se construye alrededor de problemáticas tan complejas centradas en la muerte de una persona", sostuvo.
Tras precisar que "el suicidio es un hecho muy doloroso, que tiene un aspecto privado y otro social", indicó que "existe evidencia suficiente para sugerir que algunas formas de cobertura periodística y televisiva de los suicidios están asociadas con un aumento de estas conductas estadísticamente significativo".
Massa admitió que los medios de comunicación tienen derecho a informar al respecto, aunque "es importante tener en cuenta que la reproducción del hecho genera un impacto sensible con tendencia a la imitación, preferentemente entre la gente joven".
También destacó que "en el mundo, el suicidio es un problema grave de salud pública, por lo que requiere la atención de todos los sectores de una sociedad a través de un abordaje intersectorial tanto para su prevención como su atención".
En el aspecto social, dijo, "involucra a todas las instituciones de la comunidad que deben acceder a información epidemiológica confiable para fortalecer las acciones de prevención y promoción de hábitos saludables, en especial para las poblaciones más afectadas y sensibles", como adolescentes y adultos mayores.
Al referirse a mitos instalados en la comunidad sobre el suicidio, advirtió que uno de ellos es que "no se puede prevenir ya que ocurre por impulso repentino; en este sentido debemos señalar que sí se puede prevenir", sostuvo.
"Toda persona antes de cometer un suicidio evidencia una serie de signos a los cuales se debe prestar atención, en primer lugar la familia y el grupo de referentes, y además todas las instituciones que forman parte de la vida de la persona", apuntó al respecto.
Otro mito, expuso, "es que el que dice o amenaza con que se va a matar no lo hace. En este sentido cabe señalar que de 10 personas que se suicidan, 9 de ellas dijeron claramente su propósito y la otra dejó entrever las intenciones de acabar con su vida".
También aclaró que no siempre quien se suicida está atravesando una depresión, ya que "el suicidio es un hecho multideterminado y multicausal".
Sobre la idea de que quien busca el suicidio desea morir, señaló que esa persona transita una situación de ambivalencia, porque "desearía morir si su vida continúa de la misma manera y desearía vivir si se produjeran pequeños cambios en ella".
"Si se detecta oportunamente esta ambivalencia se puede inclinar hacia el lado de la vida. Nadie nace con una tendencia hereditaria hacia el suicidio", concluyó.
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