Con el alzamiento de las tropas dirigidas por Francisco Franco y otros generales contra las autoridades legalmente constituidas en la Segunda República comienza la sangrienta guerra civil que enlutará a la sociedad española, sumiéndola en el oscurantismo durante décadas. VIDEO
La Guerra Civil Española (1936-1939) no fue solo un cruento y largo enfrentamiento entre sectores políticamente irreconciliables de la sociedad española, sino también el preludio a la Segunda Guerra Mundial.
Madrid, España.- En la madrugada del 19 de julio de 1936 un pequeño avión aterrizó en el aeropuerto de Tetuán, la capital del protectorado español de Marruecos. A bordo del aparato, que había partido el día anterior de las Islas Canarias, se encontraba un hombre que en las décadas siguientes regiría con mano férrea los destinos de España: el general Francisco Franco Bahamonde.
El gobernador militar de las Islas Canarias fue trasladado al norte de África para que se pusiera al frente de una rebelión militar contra el gobierno del "Frente Popular" en Madrid que había estallado el 17 de julio. El levantamiento dio inicio, al día siguiente, a una devastadora guerra civil que se prolongaría durante tres años y que dejaría cerca de medio million de muertos.
La Guerra Civil Española (1936-1939) no fue solo un cruento y largo enfrentamiento entre sectores políticamente irreconciliables de la sociedad española, sino también el preludio a la Segunda Guerra Mundial: las potencias enemistadas aprovecharon el conflicto armado español para medir sus fuerzas o ensayar la maquinaria bélica que pondrían en marcha durante la inminente conflagración mundial.
El detonante de la guerra civil fue el asesinato, el 13 de julio de 1936, del político monarquista José Calvo Sotelo a manos de pistoleros socialistas. Empero, las causas profundas del conflicto armado estaban relacionadas con el fracaso de la Segunda República, proclamada en 1931, que sumió a España en el caos y la anarquía.
Las elecciones legislativas de febrero de 1936 fueron ganadas, por un estrecho margen, por una alianza de izquierda, el "Frente Popular". El nuevo gobierno de izquierda comenzó a restaurar las reformas sociales y económicas a las que el gobierno anterior de derecha había dado marcha atrás.
Varias agrupaciones de izquierda formaron milicias que lanzaron ataques sobre todo contra instituciones de la poderosa Iglesia Católica. También las fuerzas derechistas, tales como los monarquistas y los falangistas, apoyados por los grandes terratenientes, comenzaron a armarse y reclamaron la intervención del ejército para poner fin a la situación de caos y anarquía en el país.
El 17 de julio de 1936, un grupo de oficiales destacados en el protectorado español de Marruecos se levantó contra el gobierno de Madrid. Al día siguiente, el levantamiento se trasladó a la Península Ibérica. La Guerra Civil Española había comenzado.
En pocas semanas, los militares alzados y sus aliados monarquistas y fascistas, que juntos integraban el bando de los "nacionalistas", lograron hacerse con el control de amplias regiones de España. El 1 de octubre Franco fue proclamado "jefe de Estado". En noviembre, el nuevo gobierno nacionalista fue reconocido por Alemania e Italia, que enviaron armas, aviones, soldados y voluntarios para apoyar a Franco.
Los republicanos obtuvieron ayuda militar de Francia y, sobre todo, de la Unión Soviética. De todas partes del mundo llegaron a España simpatizantes de la República para luchar, como integrantes de las famosas "Brigadas Internacionales", contra el "fascismo".
Las tropas nacionalistas esperaban inicialmente una rápida victoria pero se toparon con una enconada resistencia en las provincias vascas y en Cataluña, y especialmente en Barcelona y Madrid, los principales bastiones republicanos.
Ambos bandos cometieron durante la sangrienta guerra civil atrocidades como ejecuciones colectivas y ataques indiscriminados contra civiles indefensos. Los republicanos no solo combatían a los nacionalistas, sino que en sus filas se desató una feroz lucha por el poder entre comunistas prosoviéticos, por un lado, y anarquistas y trotskistas, por el otro. Con la ayuda masiva de Moscú, los comunistas estalinistas terminaron por imponer su supremacía.
Como símbolo de los horrores de la Guerra Civil Española pasaría a la historia el bombardeo de alfombra con el que aviones de la Legión Condor de Alemania destruyeron totalmente, en abril de 1937, la pequeña ciudad vasca de Guernica. El pintor español Pablo Picasso plasmó el acto de barbarie en su monumental cuadro "Guernica".
A finales de 1938 ya quedaba claro que los republicanos no podrían ganar la guerra. El dictador soviético Joseph Stalin ya había ordenado en octubre la retirada de las "Brigadas Internacionales". Cuando Barcelona cayó en manos de los nacionalistas en enero de 1939, la resistencia de los republicanos había recibido un golpe mortal. A finales de marzo, las tropas franquistas entraron en Madrid, hasta entonces un feudo republicano inexpugnable.
El 1 de abril de 1939 se proclamó oficialmente el fin de la guerra. Ese mismo día comenzaba una dictadura de derecha que se mantendría en el poder durante largas décadas, hasta la muerte de Franco, en noviembre de 1975. Como represalia, miles de hombres y mujeres que habían luchado en el bando republicano fueron fusilados durante los primeros años del régimen franquista.
La guerra civil dejó un profundo trauma en la sociedad española. Hasta el día de hoy las heridas no se han cerrado totalmente. Todavía hay descendientes de las víctimas de la guerra que, más de siete décadas después, siguen buscando en fosas comunes los restos mortales de sus familiares asesinados para darles una sepultura digna y para reclamar que sean reconocidos como víctimas de crímenes de guerra.
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