15/07/2012 - Selección nacional

Básquet: las razones de una lista con más altura

A la espera de las recuperaciones definitivas de Carlos Delfino y Luis Scola, el seleccionado argentino de básquetbol ya tiene sus doce nombres que lo representarán en los Juegos Olímpicos Londres 2012, a partir del domingo 29 del corriente.

En el tramo final de la preparación, cuando todavía faltan los dos exigentes amistosos ante España (viernes 20) y Estados Unidos (domingo 22), el técnico Julio César Lamas eligió a los valores de Peñarol de Mar del Plata, Facundo Campazzo (base) y Marcos Mata (alero), para ocupar los lugares 11 y 12 de una lista que gana en altura y que, por lo pronto, trasunta coherencia.

Tanto Nicolás Laprovíttola (Lanús) como Paolo Quinteros (Regatas Corrientes) vieron frustrados sus ilusiones de integrar el núcleo de elegidos de la `Generación Dorada` en la próxima cita olímpica.

Ahora, ¿asoma tan descabellado que el DT Lamas haya elegido como integrantes finales de la nómina a dos jugadores que se destacaron en su equipo a lo largo de toda la Liga Nacional (LNB) y que condujeron al elenco `milrayita` a su primer tricampeonato?

La decisión de convocar a Campazzo y postergar a Laprovíttola obedece, tal vez, al hecho de que Pablo Prigioni, recientemente sumado por los New York Knicks para jugar la NBA, recuperó su mejor estado físico y estará disponible un promedio de 30 a 35 minutos por juego.

En los amistosos de preparación de Salta, Rosario, Buenos Aires y Foz de Iguazú, entre otros, los desempeños del cordobés Campazzo (21 años) como del bonaerense Laprovíttola (22) no marcaron clara supremacía de uno sobre otro, en lo que hace a rendimiento. Por el contrario, los dos jóvenes talentos tuvieron atrevimiento, apuro, aciertos y errores casi en proporciones similares. 

Entonces, la decisión del DT se inclinó, quizás, por lo hecho durante la temporada. Y allí Campazzo extrajo una `pequeña-gran` diferencia. A partir de la inesperada defección por cuestiones de salud de un ídolo y emblema como Sebastián `Tato` Rodríguez, el base cordobés asumió la conducción de un Peñarol que debía responder al mote de candidato.

Y el número 7 milrayita, con su estilo desenfrenado, veloz y revulsivo, comandó los hilos de un elenco marplatense que lo tuvo como figura. El propio Lamas, técnico de Obras Sanitarias, lo “padeció” claramente en la serie final.

En la restante determinación del técnico, si se quiere, la situación estribó en una cuestión de necesidad. Lisa y llanamente.

Al tomar conocimiento de que el `seguro` por Delfino estaba garantizado, Lamas prefirió apostar por la mayor talla del marplatense Mata, un alero de 2,01 metros, en vez del tiro perimetral que aporta el entrerriano Quinteros, escolta de 1,85.

En un sector de la cancha en donde Argentina está en nítida inferioridad con respecto a otros rivales (debajo de los tableros, se entiende), el entrenador “se la juega” con un defensor `todoterreno`, capaz de neutralizar desde un escolta a un ala pivote, a partir de su increíble capacidad de salto y una notable ubicuidad en la zona pintada.

Además, por si fuera poco, el alero del último campeón de la LNB es uno de los mejores encestadores de triples en el ámbito local (casi  43 por ciento en la última campaña). Entonces es una alternativa más en ofensiva que deberá revalidar sus credenciales con la camiseta de la Selección.

Por lo apuntado, la postura del entrenador de sumar a la delegación tanto a Campazzo como a Mata parece lógica, a partir de las circunstancias actuales que invaden al armado de un equipo que presenta características diferentes, por ejemplo, a los exhibidos en Atenas 2004 o Beijing 2008.

También es cierto que tanto Laprovíttola como Quinteros desplegaron condiciones, méritos y virtudes para integrar la lista. Pero la realidad marca que el Comité Olímpico Internacional (COI) autoriza solamente 12 nombres. Y la necesidad de “ganar altura” incidió para que Lamas y sus asistentes tomaran la medida más idónea y coherente. Ni más ni menos.