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AMPLIARFiesta de los mellizos

El "país de los mellizos" estuvo en Famaillá

La capital nacional de la Empanada va camino a convertirse también, en la meca de quienes llegaron de a pares al mundo. La segunda edición de la Fiesta Nacional de los Mellizos congregó a 250 parejas de hermanos y miles de asistentes que siguieron de cerca las divertidas actividades que se desarrollaron a lo largo del domingo. Al final, transmitido por TV, el encuentro, auspiciado por el Ente Autárquico Tucumán Turismo, se vistió de celeste y blanco.

La provincia de Tucumán es conocida por contar con el más nutrido calendario de festivales del país. Casi no pasa una semana sin que en algún punto de la provincia se celebre una fiesta, evocando alguna de las características particulares de determinada región de la geografía tucumana. En ese marco, insertar un nuevo evento resultaba todo un desafío, aún para la mente más creativa. Pero cuando se cuenta con la ventaja de dos cabezas puestas a lograr el mismo objetivo, todo es más fácil.

Y ese es el caso de los mellizos José y Enrique Orellana. La pareja de hermanos tienen, además de los rasgos físicos, una característica común que los distingue: apuntan al desarrollo turístico de esa ciudad como uno de los principales objetivos de su gestión. Y siguiendo esa tendencia, idearon conjuntamente con Bernardo Racedo Aragón, presidente del Ente Autárquico Tucumán Turismo, la Fiesta Nacional de los Mellizos, un evento único en su especie que ya en su primera edición, en 2011, concitó la atención de todo el país.

Su recreación, concretada ayer en el Parque Temático Histórico Ciudad de Famaillá, no le fue en zaga, ya que congregó a miles de personas, quienes durante todo el día siguieron de cerca el accionar de unas 250 parejas de mellizos llegados de distintas partes del país. Desde la mañana y hasta bien entrada la noche, los duetos de hermanos compitieron en metegol, sapo, tenis de mesa, ajedrez, baile y muchas otras actividades recreativas.

Cerca del mediodía y antes de un almuerzo criollo, la curiosa multitud de rostros similares de a pares, posaron para una foto única en muchos sentidos, una especie de retrato familiar que caracterizará la celebración. Luego, por la tarde, continuaron las pruebas, se procedió a la elección de los más parecidos, los menos similares, los mejor vestidos, y tantas posibilidades como fueron capaces de idear los organizadores de la particular fiesta.