La hipocresía es un tema para ser tratado con mucha atención porque es un modo de vida que se metió fuertemente en la cotidianeidad de los tucumanos.
El tratamiento con rigor científico lo dejo para los especialistas.Todo lo escrito más abajo es parte de la realidad habitual de muchos comprovincianos.
Tucumán es una provincia que tiene gran cantidad de valores desvirtuados. La hipocresía está presente en casi todos los ámbitos. Hablamos de lo que vemos a diario en lo público.
La Real Academia española define hipocresía como: fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Los ejemplos de los hipócritas tucumanosse los pueden conseguir a cualquier hora y en distintos lugares.
Uno de los típicos es aquel comprovinciano que regresa del exterior maravillado al comprobar el respecto a las reglas de tránsito en el país que estuvo. Claro que estos comentarios los hace luego de estacionar su auto en doble fila para bajar a tomar un café con los amigos. Hipócritas estos también porque le dan la razón.
Otro caso es el de aquellos que cuentan asombrados que en otras ciudades nadie tira un papelito en la calle. Cuando llegan a Tucumán se olvidad de los buenos ejmplos vistos y desparraman los envases que no usa en cualquier parte.
Muchos hablan de lo mal que está todo y en los últimos cinco o seis años incrementaron su patrimonio tres o cuatro veces más. También están los que adquieren vehículos de alta gama . Le colocan equipo de gnc y siguen despotricando con el pecio de los combustibles, sin reconocer que estos están subsidiados.
Están los que se visten en las ferias y mienten que compraron en tiendas exclusivas. Critican a los que duermen al costado de las iglesias y los insultan cuando estos les piden limosna. Aseguran que no hay libertad de expresión gritando con violencia en las marchas consingans en contras de todos.. A estos se suman los periodistas que escriben lo que quieren o lo manifiestan desde un micrófono. Los empresarios tucumanos que siempre “pierden plata” son dueños , casi exclusivos, de la hipocresía. O los funcionarios que son campeones para prometer y los últimos en acordarse de lo que dijeron en campaña o antes de asumir.
Los que se quejan a través de los medios por problemas individuales y le huyen a la solidaridad cuando esta los requiere. Las señoras que corren a niños que piden limosna y “adoptan” a los perritos callejeros, que también son dignos de atención.
Los que llenos de causas judiciales y morales en su contra no se pierden una misa los domingos y además invitan a sacerdotes a sus casas. Los que no se ponen ni colorado cuando se les descubre gran crecimiento material logrado con la venta de su ética.
La hipocresía es una perversión que destruye de a poco a muchos. Aceptarla es difícil porque está como enquistada en muchos que aseguran no serlo porque son unos verdaderos hipócritas
En fin , de la hipocresía nadie está exento. Lo bueno sería aceptar que convive entre nosotros y comenzar a mirar la viga en el ojo propio y no la paja en el ajeno.
Daniel A. Villalba
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