Jorge Rey Grange, de 32 años, se aprestaba a iniciar en las próximas horas desde Río Gallegos una nueva etapa de su marcha de 30.000 kilómetros a pie, de Tierra del Fuego a Alaska, a favor de los chicos carenciados y en procura de su sexto récord Guiness.
El caminante solitario, nacido en la capital santacruceña, inició su caminata continental el 29 de mayo en Ushuaia, y calcula que llegará a destino, la ciudad de estadounidense de Fairbanks, en noviembre de 2015.
Rey Grange encaró el desafío de unir los extremos de América, que denominó "Caminando por la vida", con el propósito solidario de promover donaciones de alimentos y ropa para los chicos de la calle en cada ciudad por la que pase, junto a autoridades locales.
"Mi sueño es lograr un día sin hambre para todos los niños del mundo", dijo en una entrevista con Télam, en la casa de su "tía" Mirta, quien fue la mejor amiga de su padre -ya fallecido- y, con cuidados de madre, le cargó de amor las baterías del alma, mientras él ultimaba detalles logísticos del viaje.
Ésta no será la primera vez que Rey Grange cruce la Patagonia por rutas nevadas y con temperaturas bajo cero: ya lo hizo en 2001, en bicicleta y con la misma meta: llegar a Alaska. Pero la crisis en el país lo dejó sin apoyo y terminó la travesía en 2002 en Panamá, "desnutrido, con 65 kilos" de peso, relató.
Aunque entonces no logró el objetivo final, ya al llegar a Neuquén, en el primer tramo de 3.842 kilómetros, había marcado cinco récords Guiness, entre ellos el del primer hombre en cruzar solo la Patagonia en invierno y en bicicleta, tras 30 días de pedaleo.
Antes había logrado en Esquel -Chubut- "el récord mundial de velocidad en descenso en bicicleta por pista de hielo en La Hoya: 217 kilómetros por hora en una bajada de 2.780 metros", marca que rompió en el mismo 2001 un ciclista holandés, que "bajó a 265 kilómetros por hora en Francia", precisó Rey Grange.
"Lo más áspero -apuntó- es la parada. A mí, además se me rompió la horquilla y terminé contra la red de contención, con un hombro dislocado y varias costillas rotas".
La pasión de Rey Grange, divorciado y padre de dos niños, es viajar. En 1986 se fue con su familia a Buenos Aires por una enfermedad de su padre. Por razones en las que prefiere no ahondar, fue un chico de la calle y, a los 11, volvió solo "de mochilero" a su ciudad natal. "Hola, tía", dijo hace unos días al llegar a la casa de Mirta.
Su bitácora incluye un primer viaje a Europa -se recibió de chef en Suiza-, una estadía en México entre 2007 y 2010 y miles de kilómetros en bicicleta y a caballo, y ahora comenzó a sumar los que caminará hasta Fairbanks, en el noroeste de Alaska, dentro del círculo polar ártico.
La travesía por rutas hasta la meta "es de 17.800 kilómetros, pero sigo un camino en zig zag para llegar a los 30.000" y así alcanzar el nuevo récord mundial de marcha a pie, señaló. Mucho antes, cuando llegue a Neuquén inscribirá otra marca, al ser el primer caminante en atravesar la Patagonia en invierno.
El avance tecnológico desde su primera travesía le brinda esta vez una red mundial de apoyos a través de Internet, entre ellos el diseño del itinerario y de la página www.facebook.com/AlaskaPata, que abarca el diario de viaje y el espacio "Contanos tu historia, caminamos por vos", con relatos de chicos en riesgo.
Los auspicios para tamaña empresa se limitan por ahora a la firma argentina de indumentaria Forest Leather y a Tres Metas, una compañía colombiana de diseño gráfico.
Pero Rey Grange confía en tener nuevos apoyos, como el GPS que le enviaron desde Estados Unidos y los alimentos checoslovacos ricos en aminoácidos, proteínas e hidratos de carbono, en sobres, que "se preparan con agua caliente, como una avena" y recibió desde Europa a partir de la difusión de su iniciativa.
El equipaje, 70 kilos entre carpa, ropa, enseres, botiquín y otros elementos para el viaje, van en un remolque armado "con piezas de camas de metal y partes de bicicletas, que tiro con un arnés sujeto al cuerpo", detalló, sin descartar que alguien pueda donarle "uno de verdad, que cuesta unos 1.500 dólares".
Igual que en AlaskaBici, cuando llevó a la perra siberiana Alas "que murió de viejita", un can será su único compañero de viaje: "se llama Caminante y lo adopté en el departamento Zoonosis de Río Grande. Su trabajo será hacer campaña por los perros de la calle", resumió entre risas y lo describió como "un ovejero `de caja` (sin pedigrí) y ladrador".
Rey Grange estima llegar entre setiembre y octubre a Buenos Aires y realizar "la marcha a pie más grande del mundo", por los chicos en riesgo y también para concientizar "sobre la importancia para la salud de caminar al menos 30 cuadras por día".
El accidente de moto que en 1996 casi le costó una pierna, y por el que le dijeron que casi no podría caminar, no fue obstáculo para este riogalleguense que pudo superar ese trance y alcanzar metas impensadas.
"El hombre -afirmó- puede lograr todo lo que se proponga. Yo quería viajar pero hacerlo sólo por turismo me pareció egoísta, por eso lo hago ayudando en lo que puedo a los chicos en riesgo".
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