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AMPLIAREl Sifón no es lo que dicen

"El Sifón no es lo que dicen y quiero cambiar esa mala imagen"

Expresó Irma Monroy, alma mater de la Asociación Los Lapachos. Ayer al son de los redoblantes de una murga, en el Sifón, inauguraron un conjunto de coloridos murales que totalizan 82 metros lineales de imágenes, dotadas de coherencia temática -a través de temas como las adicciones, los derechos humanos y la figura de Mercedes Sosa, entre otros.

Justo al frente del Hospital Obarrio, una parte del Barrio Juan Pablo II (conocido como El Sifón) se vistió de fiesta. No es para menos. Los jóvenes y niños le cambiaron la cara a la entrada del Primer Pasaje (entre calles San Miguel al 1.700 y Asunción). Ayer  al son de los redoblantes de una murga, inauguraron un conjunto de coloridos murales que totalizan 82 metros lineales de imágenes, dotadas de coherencia temática -a través de temas como las adicciones, los derechos humanos y la figura de Mercedes Sosa, entre otros-.

Los murales fueron realizados por jóvenes y niños que asisten a los talleres de teatro y plástica que funcionan habitualmente en ese barrio, gracias a una acción articulada de organismos oficiales y asociaciones civiles.

Las instituciones intervinientes en esta iniciativa de murales son Ente Cultural de Tucumán a través de la  Dirección de Acción Cultural; Promeba - Programa de Mejoramiento de Barrios; Ministerio de Desarrollo Social -  Programa Vida; Dirección de Planificación Urbanística y Ambiental de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán; Comedor Los Lapachos Tucumanos y Grupo de Teatro.

El proyecto que comenzó a mediados de 2011 tuvo como finalidad “recuperar el espacio público con el objetivo de lograr una puesta en valor de una zona altamente vulnerable, y generar un corredor para desarrollar actividades culturas comunitarias”.

Bajo la conducción de un joven del barrio, el acto se realizó en su flamante plaza –también construida por ellos- y contó con la presencia de Salvador Díaz, Vicepresidente del Ente Cultural,Carolina Cazón (directora de Acción Cultural del Ente Cultural),Pablo Guiot (tallerista y coordinador del proyecto), Liliana Araujo (Promeba), Gabriela González (Desarrollo Social), entre otras autoridades y la participación de Irma Monroy, de la Asociación Los Lapachos.

Cambiar la imagen

“Lo que yo quiero demostrar con todo esto es que el barrio El Sifón no es lo que dicen y quiero cambiar esa mala imagen”, sostuvo Irma Monroy, alma mater de la Asociación Los Lapachos, quien acaba de hacer realidad un sueño: la compra de una casa donde funcionará un centro cultural que también tendrá una radio. “Aquí recibiremos a todos los que quieran colaborar”, afirma.

“Esta plaza está construida con sentimiento, con cada una de las instituciones que participaron, cada una aportando su granito de arena y fundamentalmente con el aporte de la comunidad”, destacó la arquitecta Liliana Araujo.

Gabriela González (Desarrollo Social) sostuvo que lo esencial es “articular los esfuerzos para mejorar la calidad de vida, eso es lo que se propone el Programa Vida: aportar  espacios comunitarios (alrededor de 20) buscando la salida, la esperanza y el futuro”, apostó.

Por su parte Salvador Díaz destacó la importancia de seguir trabajando desde la cultura. “Este espacio construido a través de las artes busca decirle no a la droga, pensando en un futuro mejor a través de las actividades culturales”.

No bien terminaron los discursos, los jóvenes sacaron a relucir lo que  mejor saben hacer. El grupo de teatro “Los Lapachos del Sifón” realizaron una práctica de improvisación teatral, bajo la conducción de Jorge Salvatierra.

Luego fue el turno de Serie A, que hizo bailar cumbia al público; y cerró el espectáculo Rap NDV, que con una atinada recitación rítmica contó la historia del barrio.