Los productores agropecuarios de Brasil impulsan, en el marco de la cumbre sobre Desarrollo Sostenible Rio+20, un acuerdo mundial del sector para reducir las emisiones de carbono y estimular las iniciativas que garanticen un mayor rendimiento de las plantaciones sin afectar al medio ambiente.
El sector del agronegocio brasileño apuesta a que en el marco de Rio+20 se "logren avances en la creación" de Areas de Protección Permanente (APP) globales que cuenten con un sistema internacional de control de la deforestación y de las medidas de reforestación adoptadas por los productores, señaló la senadora Katia Abreu, presidenta de la Confederación Nacional de la Agricultura.
La CNA organizó desde la semana pasada, cuando comenzó la cumbre global sobre ecología, una serie de conferencias en un stand de 1.900 metros cuadrados en la zona portuaria carioca, a pocas cuadras de donde sesiona la Cúpula de los Pueblos, donde ayer un grupo de activistas criticó el desempeño del agronegocio, al que responsabilizan de la deforestación de la Amazonia.
Desde las instalaciones montadas por la CNA se divisa el
barco de Greenpeace, que responsabiliza a los grandes
productores brasileños por la situación en la Amazonia y la
emisión de CO2 originada en la quema de bosques.
Para la jefa ruralista Katia Abreu hay que debatir a fondo y "derribar los preconceptos" contra las grandes plantaciones pues es posible encontrar un equilibrio entre la actividad empresarial y el patrimonio ambiental que ostenta Brasil, donde hay 4,5 millones de kilómetros cuadrados ocupados por la Amazonia.
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