La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fustigó ayer el socorro a los bancos españoles de 100 mil millones de euros otorgados por la Unión Europea, al que comparó con una "trampa", y aseguró que la crisis europea está siendo pagada a nivel mundial por las economías emergentes.
Además, la mandataria sostuvo que, a diferencia de varios países europeos, Brasil tiene "fuerzas internas" en su mercado de consumo nacional para enfrentar la crisis y agregó que el desarrollo sustentable de las naciones estará en juego en los debates de la conferencia ambiental de la ONU Rio+20 que comienza hoy en Rio de Janeiro.
"Un país no sale de la crisis, por el contrario, crea una trampa para sí mismo cada vez que corta el gasto, que para de invertir, provoca lo que está produciendo en Europa, una profunda crisis", afirmó la mandataria en Belo Horizonte, estado de Minas Gerais, durante un acto oficial.
Para Rousseff, la crisis en Europa "al contrario de lo que dicen algunos no le sacará atención a la conferencia sobre desarrollo sustentable".
Según la mandataria, "el tamaño de la crisis hace que nuestros ojos se dirijan hacia un concepto de desarrollo integrado entre crecimiento, inclusión y justicia y medio ambiente".
Estos ejes, según la anfitriona de la Rio+20, están en juego "a la luz del último dato internacional que llama la atención, porque una vez más las autoridades de la zona euro responden a una crisis casi crónica con 100 mil millones de euros de financiación a los bancos".
"Nos preguntamos: ¿Hasta cuándo esos 100 mil millones de euros? Debemos recordar que al final de 2011 fueron destinados mil millones de euros a los bancos y no resultó en un reclicado de la deuda".
La crisis europea, subrayó, "coloca a la crisis del sistema bancario por sobre la crisis soberana de los países".
Para Rousseff, quien está "resistiendo la crisis europea son los países emergentes, que sufren las consecuencias de eso, una retracción brutal de los mercados" porque Estados Unidos "no se recuperó como se esperaba" de la caída del sistema hipotecario y financiero en 2008.
Según Rousseff, el consumo interno brasileño todavía tiene perspectivas de crecimiento. "Brasil tiene fuerzas internas para enfrentar la crisis, es un país diferente a los de Europa que no tienen fuerzas internas, estamos bien parados, con política consistente y no vemos justificativa en el ajuste, que puede llevar al 54% de la población joven de un país al desempleo. Sí tenemos una política de defensa del empleo".
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