La empresa eléctrica Colbún, propietaria del 49 por ciento de HidroAysén, puso en una encrucijada al gobierno al recomendar paralizar la construcción del proyecto hidroeléctrico hasta que en el país "no estén dadas las condiciones para desarrollar proyectos energéticos de esta magnitud y complejidad".
Colbún, propiedad de la familia Matte -la más poderosa de Chile y con la mayor riqueza junto a los Luksic-, recomendó anoche suspender el ingreso del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto de línea de transmisión de HydroAysén.
La decisión fue comunicada a través de un hecho esencial a la
Superintendencia de Valores y Seguros, algo que es visto como un
mensaje público y directo al gobierno de Sebastián Piñera y al
sistema político.
"De esto se infiere que el diálogo entre el gobierno y los
principales empresarios chilenos no es lo suficientemente
fluido", afirmó a ANSA el analista político Guillermo Holzmann.
El proyecto HidroAysén, del que es propietaria mayoritaria la
firma italiana Endesa-Enel, comprende la construcción de cinco
grandes centrales hidroeléctricas en los ríos Baker y Pascua, en
la Patagonia chilena, unos 1.600 kilómetros al sur de Santiago.
Se trata de una inversión cercana a los 3.200 millones de
dólares que incluye también la instalación de una línea de
transmisión de 1.912 kilómetros entre Santiago y Cochrane, la
más larga del mundo, que cruzará nueve de las 15 regiones de
Chile.
De acuerdo a los analistas, lo que busca Colbún es garantizar
que el Estado protegerá su inversión y que, en ese marco,
acelerará la aprobación del Plan Energético 2012-2030 -que se
encuentra en el Congreso legislativo-, y que, entre otros,
contempla la construcción de una carretera eléctrica pública.
Ese proyecto beneficiaría directamente a HidroAysén y a
Energía Austral, que pretende instalar la hidroelétrica Río
Cuervo, también en la región austral de Aysén. Ambos proyectos
estarían destinados a abastecer a los principales consumidores
de energía del país: las empresas mineras ubicadas en el norte.
Holzmann advirtió que la decisión de Colbún es "el primer
golpe de mesa por parte de uno de los principales grupos
empresariales del país, lo que no es un dato menor porque
significa imponer una presión que va a generar conflictos
políticos".
Los ambientalistas recibieron la noticia con una
"satisfacción cautelosa" y la calificaron como "un hecho
desesperado".
Patricio Segura, de la organización Patagonia Sin Represas,
afirmó a ANSA que "Colbún, ante el proyecto HidroAysén, está
tomando una decisión drástica, un terremoto, con la finalidad de
que el gobierno cambie su visión y se genere una política
estratégica nacional".
Precisó que, no obstante, para los habitantes de Aysén "esta
es una ventana que se nos abre para realizar una consulta
ciudadana respecto al proyecto".
El gobierno aseguró hoy que la política energética está
definida y que se trata de una decisión "de una empresa
privada".
Sin embargo, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, recalcó
que "no podemos descartar una fuente de energía limpia como la
hidroeléctrica, vamos a necesitar todas las fuerzas
energéticas".
En mayo de 2011, el presidente Piñera aseguró que sin
HidroAysén, "estamos condenando a nuestro país a un apagón".
Esas declaraciones marcaron el inicio de una caída sostenida
de su aprobación, que hoy alcanza un 26 por ciento.
Para los expertos este dato no es menor a la hora de analizar si el gobierno apoyará nuevamente un proyecto tan impopular como HidroAysén.
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