La Comisión de la Verdad instalada por la presidenta Dilma Rousseff deberá investigar los crímenes de la dictadura militar (1964-1985) "le duela a quien le duela" aunque sin revanchismo, afirmó ayer uno de sus integrantes, el juez Gilson Dipp, del Supremo Tribunal de Justicia.
Los miembros de la comisión tendrán dos años para escuchar declaraciones y solicitar y analizar documentos que ayuden a esclarecer los casos, pero sin un fin punitivo, es decir, sin el objetivo de procesar a los autores de esos crímenes.
Los los componentes de la Comisión son el ex ministro de Justicia José Carlos Dias, el magistrado del Superior Tribunal de Justicia Gilson Dipp, la abogada Rosa María Cardoso, el ex procurador general Claudio Fonteles, el diplomático Paulo Sergio Pinheiro, la psicoanalista María Rita Kehl y el jurista José Cavalcante Filho.
El juez Gilson Dipp, en diálogo con los periodistas aseguró que "Brasil tiene que recomponer su historia, recomponer su pasado. Es la búsqueda por una reconciliación nacional, le duela a quien le duela. No hay revanchismo, apenas la búsqueda de la verdad", ante la consulta sobre el malestar de los militares retirados.
De hecho, la Comisión de la Verdad, según la ley que la creó,
no tendrá poder para enviar a juicio a los responsables por las
400 muertes y desapariciones del régimen o las miles de víctimas
de torturas y prisiones forzadas, ya que en Brasil rige la Ley
de Amnistía de 1979, ideada por el último dictador, Joao
Baptista Figueiredo.
El Supremo Tribunal Federal (STF) confirmó en 2010 a la Ley
de Amnistía, pese a los reclamos internacionales como la
Comisión de Derechos Humanos de la OEA para derogar la norma.
La presidenta Rousseff, quien a fines de los años sesenta
combatió al régimen desde organizaciones armadas, fue presa
política durante casi tres años, lapso en el que sufrió torturas
por 22 días seguidos.
Así como en lo económico la lucha contra la banca privada
para reducir las tasas de interés para ahuyentar la especulación
que presiona sobre el dólar afectando la industria y la
exportación se transforma en una marca de Rousseff, la Comisión
de la Verdad también la tendrá.
La mandataria divulgó hoy en el Diario Oficial de la Unión a
los siete integrantes que durante dos años trabajarán reuniendo
información en la comisión, la primera que se realiza en Brasil,
personalidades que fueron recibidas con beneplácito por
entidades de derechos humanos.
La Comisión de la Verdad, proyecto iniciado en 2009 por el
gobierno de Lula, fue aprobada a fines del año pasado por el
Congreso y es una de las marcas de la presidenta Rousseff.
Grupos de militares retirados, asiduamente, reivindican el golpe de estado del 31 de marzo de 1964 contra el presidente Joao Goulart que instaló la dictadura y últimamente cuestionaron la creación de la comisión de la verdad.
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