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AMPLIARMaría del Jesús y Víctor Rivero, dos de los principales imputados por el secuestro de María de los Ángeles Verón

Testigo complicó a los hermanos Rivero

La responsabilidad directa de los hermanos María del Jesús y Víctor Rivero, dos de los principales imputados por el secuestro de María de los Ángeles Verón, fue reforzada ayer por el testigo Simón Manuel Nieva, quien afirmó que el hombre actuó en el rapto y usaron un vehículo de la remisería tucumana Cinco Estrellas.

La declaración de Nieva ratificó sospechas sobre los Rivero, dado que la mujer, dueña de la empresa de remises y ex pareja del dirigente futbolístico Rubén Alé, está acusada de dar la orden para el secuestro de la joven en 2002 y su hermano, que era remisero, fue imputado como ejecutor del delito.

Declaración. El testigo, de 61 años, se refirió y en el juicio oral a una supuesta conversación mantenida con Víctor Rivero en 2003, en la cual le confesó haber raptado a Marita Verón por orden de su hermana en un automóvil al que identificó como un Fiat Duna de la remisería Cinco Estrellas.

"Desconozco la causa, sólo afirmó que esta señorita tributaba como 5.000 dólares", reveló Nieva, según el diálogo que aseguró haber mantenido con Rivero.

Asimismo, manifestó que "dijo que la golpeó con un arma a Marita y la metió en el auto y que le dejó sangre en el asiento trasero al introducirla. No me dijo si estaba acompañado por otra persona".

El testigo aseveró que el acusado le contó que a Verón la retuvieron "en la casa de su hermana", María del Jesús Rivero, hasta que la policía comenzó a seguir su pista.

"Alguien buchoneó que la estaban investigando y que iba a haber un allanamiento en esa casa y por eso la tuvieron que pirar (enviar) a La Rioja un día antes del procedimiento", agregó.

Nieva señaló que Rivero pretendía cambiar los asientos traseros de su auto por las manchas, para lo cual le ofreció comprarle los del vehículo que manejaba entonces su esposa, a lo que el testigo se negó.

Según su declaración, se conocían porque Rivero le compraba verduras en un local de un barrio de esta capital.

Nieva acusó a Rivero de haber llevado una bolsa con droga una vez que fueron juntos y de que el acusado ofrecía a una de sus hijas por Internet como si fuese una prostituta, aunque no efectuó denuncia judicial al respecto.

"El golpeó a mi hija en varios lados en 2004 y cuando le reclamé se me vino encima con la misma arma, una 9 milímetros, con la que agredió a Marita, porque cuando está nervioso es una persona muy peligrosa en su forma de actuar", advirtió.

Además, aseguró: "Me dijo que a mi hija le iba a pasar lo mismo que a Marita. Siempre estuvo con su banda. Yo le hice la denuncia y tuve consigna policial".

El testigo sostuvo que el imputado solía cambiar el color de su cabello, usar barba o gorras.

"Siempre me pregunto, si ellos son inocentes ¿por qué estuvieron pirados (fugados) de la policía?", inquirió.

Durante el interrogatorio, los abogados defensores descalificaron al testigo y mencionaron que tiene antecedentes penales.