La senadora y esposa del gobernador admitió que la noticia del crimen le provocó "horror e indignación como madre y abuela", algo que la llevó a no medir sus palabras. "Hoy sólo puedo pedir, humilde y sinceramente, perdón", afirmó. Había responsabilizado a los padres porque la dejaron salir sola a la calle
La senadora y esposa del gobernador de Tucumán, Beatriz Rojkés de Alperovich, se refirió ayer en forma directa a sus dichos con respecto al asesinato de Mercedes Figueroa, la niña de 6 años secuestrada y apuñalada en la capital provincial.
La legisladora admitió que la noticia del crimen de la pequeña le provocó "horror e indignación como madre y abuela", situación que la llevó a no medir sus palabras.
“Ante la tragedia vivida por la familia Figueroa, ante el horror e indignación que como madre y como abuela me produjo la crueldad del crimen, dije palabras por las que hoy sólo puedo pedir, humilde y sinceramente, perdón a la familia y a la ciudadanía”, manifestó.
Rojkés de Alperovich había cargado la responsabilidad sobre la familia de la menor porque la dejaron andar sola por la calle a la hora de la siesta. "No podemos tener al señor Estado a la par de una familia que está borracha", había manifestado.
La pequeña Mercedes había desaparecido el martes por la tarde de la puerta de su casa, situada en Francisco de Aguirre y Viamonte, en la ciudad de San Miguel de Tucumán. Tras una desesperada búsqueda, encontraron su cuerpo sin vida en una casilla situada a cinco cuadras de su domicilio.
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