El entrenador Ricardo Caruso Lombardi protagonizó ayer uno de sus frecuentes estallidos discursivos, se quejó de que "todo lo que pasa con San Lorenzo es raro" y aseguró que si alguna vez lo dirige el árbitro Saúl Laverni, ni se presenta al partido.
Caruso Lombardi comenzó quejándose por las sucesivas postergaciones y reciente suspensión del partido con Barracas Central, por los octavos de final de la Copa Argentina.
Una vergüenza, había preparado el equipo, habíamos hecho una práctica de
fútbol y nos avisaron cuando el ómnibus estaba en la puerta para ir al
partido", señaló.
También comentó que a su juicio, los árbitros
no deben ser sorteados y que es lógico que no lo dirija Laverni, porque
según él, le guarda un encono personal.
Entonces, recordó un
reciente encuentro de Quilmes como visitante de Boca Unidos y rememoró
varias situaciones previas y posteriores al partido.
En
declaraciones al programa "Los Más Grandes" de Radio Cooperativa, no dio
pistas del equipo que va a poner en la cancha frente a Arsenal y
sostuvo que no querría jugar como local en River y sí en Boca, si el
estadio no está en condiciones.
Pero llegado a este punto se
quejó de las idas y venidas con la localía, mientras que otra vez no
quiso involucrarse en los problemas de la comisión directiva.
Analizó
sin embargo que la situación de su equipo en el promedio es compleja
porque "no hay rivales cercanos" ya que si ganan los que tienen menos
campañas en Primera se alejan rápido.
También protestó por los
cinco minutos de tiempo adicionado en el partido con Banfield, que
empató "en el cuarto" y recordó que en muchos partidos se pierde esa
cantidad de tiempo "y el árbitro da tres".
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