En una de las pocas cosas en la cual los tucumanos coincidimos ,casi en todo, es en el gusto gastonómico cuando los días son como los que estamos viviendo, climáticamente por supuesto. Llueve, bajó la temperatura, aparecen algunos abrigos y el unánime deseo de comer algo sustancioso y que nos caliente el cuerpo. El guiso es el preferido de todos.
Hace un par de horas que comenzó mi actividad y la lluvia pega sin molestar.
Miro a través de la ventanilla del ómnibus disfrutando el paisaje distinto al de hace unos meses. No hay sol, la gente abrigada, los vidrios opacos, húmedos, las calles con aguas. Que hermosa mañana para seguir en cama, escuchar la radio, desayunar con un humeante café con leche , torrillas finas con mucha grasa. Luego esperar el mediodía pensando en comer un guisito , con fideos largos y finos, jugoso para meter el pancito crocante.
Parece que el señor que va sentado al lado adivinó mi pensamiento porque me mira y comenta- Se presta el día para comer un guiso jugoso- y despliega una sonrisa para rematar – Le dije a la “bruja” que me lo tenga listo- Asentí con la cabeza y seguí mirando el agua que se deslizaba por el vidrio de la ventanilla.
Al entrar al bar para desayunar , mientras el mozo , conocido de todos los días , me acerca el diario y en tres minutos me sirve el café con leche cargado , una gruesa y una fina, mermelada y manteca, al mismo tiempo exclama-Que día para meterse un guiso jugoso con menudos de pollo y mucho picante-Sonrío y le doy mi consentimiento a su deseo.
Seguramente que la mayoría de los habitúes al bar piesan lo mismo, porque todos lo miran al gastronómico y sonríen. La señora que bebe un té asiente con los ojos y le señala al mozo - Yo le dije a mi hija que vuelva rápida del cole porque la polenta la hago jugosa y no me gusta recalentarla. Se queda por ahí dando vueltas y llega cuando yo me siento a ver la novela del 9-
El revistero amigo también se acopla al deseo de la mayría de los tucumanos guiseros y ya clama por uno jugoso con fideos moñitos. -Pero si la patrona me espera con una polentita calentita no me enojo –afirma
Ya trabajando un compañero casi gritando lanza -¡Tengo unas ganas de meterme un sogui!, espero que mi mujer me de la sorpresa cuando vuelva a casa-
Hoy por donde anduve el deseo de casi todos era comer un guisito jugoso. Yo almorcé bombitas de queso, mientras se me hacía guisito jugoso la boca.
Daniel A. Villalba
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