En polvo de ladrillo es casi insuperable. Pero en el Masters 1000 de Mónaco el casi parece sobrar. Es que con una clase de tenis, Rafael Nadal aplastó a Novak Djokovic, número 1 del mundo, por 6-3 y 6-1, en una hora y 18 minutos, y se coronó campeón del certamen por octava vez consecutiva. Sí, ocho veces campeón al hilo.
Con este triunfo, Nadal, que fue premiado con 460.260 euros, sumó su título número 47, el primero este año, y el 33 sobre polvo de ladrillo, acercándose a los 40 del austríaco Thomas Muster y a los 45 de Guillermo Vilas.
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