Una nueva jornada se desarrolló ayer por el juicio que se realiza por la desaparición de Marita Verón, con el testimonio de dos testigos que no aportaron demasiados elementos durante la doble jornada.
En principio estaba previsto que declarara una mujer que asegura haber estado encerrada en un local de La Rioja, donde no la dejaban ver la luz del día y la obligaron a prostituirse.
La joven Blanca V, quien dice haber visto a Marita en La Rioja, no estaba en condiciones de declarar, según el informe de un psiquiatra que se leyó en el juzgado antes de comenzar la audiencia.
En su lugar declaró Norma Manzur, de 38 años, quien dijo que estuvo en contacto con uno de los imputados, el ex policía Domingo Andrada (sindicado como la persona que llevó a Marita desde Tucumán hacia La Rioja) cuando trabajaba como copera en el prostíbulo "Candilejas", que pertenecía a Irma Medina, otra de las imputadas.
La mujer afirmó que no vio a ninguna persona privada de su libertad en ese lugar y que nadie ejercía la prostitución.
Tras el testimonio de Norma, pasó por el banquillo Pablo Medina, su ex pareja.
El hombre, que cumple condena por homicidio y robo, vivía con su ex mujer y su hijo, de 13 años, en San Cayetano, barrio donde conoció a Andrada y con quien mantuvo una pelea.
Respecto a su relación con Norma, Andrada sostuvo que ella en ningún momento le dijo que ejercía la prostitución.
El juicio pasó a cuarto intermedio hasta hoy, a las 9, según lo dispuesto por el tribunal.
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