09/04/2012 - Un día como hoy pero de 1908

Nacía el popular cantor español Miguel de Molina

Su temperamental interpretación de la copla andaluza le había granjeado bastante éxito en España, pero al finalizar la guerra civil fue expulsado de su país por no amoldarse a las condiciones que pretendían imponérsele y, principalmente, por su condición de homosexual y republicano. Exiliado en Argentina, fue encarcelado y expulsado en 1942 por presión diplomática española. Viajó a México, aunque llamado por Eva Perón regresó a nuestro país donde tuvo gran suceso hasta su retiro definitivo, en 1960. VIDEO

Miguel Frías Molina, Miguel de Molina, Malagueño, artista, bailaor, cantaor, poeta, escritor; fue un humilde trabajador y luchador que en su paso por la vida y el arte cosecho gloria y dolores, jamás indiferencia.

Fue el rey del Cuple, sacudió con gracia y talento a una España excesivamente moralista y una Argentina tímidamente pacata.

Llego a Madrid inspirado en las raíces mas profundas de la tradición española, pero además escandalizo con sus blusas, sus amplias mangas y sus volados llenos de colores y brillos.

Durante los duros años de la Guerra Civil su prestigio siguió creciendo y el franquismo triunfante, con el resto de los intelectuales en el exilio, lo tomo a Miguel de Molina como blanco de odios y venganzas. Se lo persiguió por opositor y por inmoral.

En noviembre de 1042, la tranquila Buenos Aires era sorprendida con todo el talento y desparpajo del famoso bailarín, que llegaba al país en busca de su libertad y con una única ilusión: triunfar.

Conmociono la noche porteña, marcando una época dorada de la escena nacional. Marco records de presentaciones y la salas ardían ante la espectacularidad de sus interpretaciones. Se transformo de inmediato, en el máximo exponente de la danza española.

A fin del ’60 enmudeció al mundo del espectáculo anunciando su retiro de la vida artística. Pocos le creyeron, sin embargo, fiel a su palabra, cumplió y se recluyo en su mansión de Belgrano a disfrutar de su soledad, de sus recuerdos, de sus mas íntimos secretos y de todas aquellas cosas que hoy tenemos la posibilidad de revivir con el siguiente proyecto.

En 1992, tal vez tardíamente, en nombre del Rey Juan Carlos, fue condecorado con la Orden de Isabel la Católica.

En ese preciso instante Miguel de Molina sintió que podía marcharse tranquilo, que habían pasado casi 51 años fuera de su Patria, pero que había dejado una huella imborrable que va mas allá de su arte, hecha con coherencia y dignidad. Tres meses mas tarde, el 05 de marzo de 1993, su corazón dejo de latir, pagándose una de sus ultimas, y quizás, la mas profunda de sus ilusiones: regresar a su querida España.