Dos figuras sagradas dominan la escena en Yerba Buena y San Javier, enlazadas por un sentimiento común. El Cristo emplazado en la entrada desde San Miguel de Tucumán por avenida Aconquija, les da la bienvenida a quienes llegan a la ciudad y, si el recorrido lleva a los viajeros a las alturas del cerro, el Cristo Bendicente cierra un circuito muy particular, cargado de la tradición religiosa que caracteriza a la comunidad tucumana.
El recorrido en automóvil, toma unos pocos minutos. En bicicleta en cambio, se torna un desafío interesante por la dificultad que implica, lo que lo convierte en un Vía Crucis.
Y
que mejor nombre en estas fechas que ese para bautizar la iniciativa
que, por décimo año consecutivo, puso en marcha Roberto Mario Sosa,
reeditando el Vía Crucis en Bicicleta que, durante los tres días del
triduo pascual, une ambas imágenes recorriendo tres distintos circuitos,
acompañado por un puñado de entusiastas deportistas y contando este año
con la difusión del Ente Autárquico Tucumán Turismo, que promocionó el
evento.
El viernes, la marcha comenzó en el acceso a Yerba Buena y
culminó en la cima del cerro, tras recorrer más de 70 kilómetros,
accediendo a Raco por ruta 9, pasando por La Sala y la Ciudad
Universitaria, para arribar al Cristo desde el norte. Ayer, el rodeo los
llevó por el Camino de Sirga hasta San Pablo, ascendiendo a Villa
Nougues y luego a San Javier, pasando por Las Antenas y Loma Bola. Para
hoy (Domingo) está prevista la tercera etapa del Vía Crucis, que esta
vez tomará el camino más directo, ascendiendo por la ruta que continúa
hacia el cerro la avenida Aconquija, culminando una prueba que entre
partes, lleva a los deportistas a recorrer más de 120 kilómetros, muchos
de ellos en ascenso.
Mario, quien tiene una gran experiencia en
este tipo de desafíos, destacó la constancia y el esfuerzo del puñado de
entusiastas que, como cada año, dijeron presente en esta edición.
“Tenemos
participantes de todas las edades. Desde el más joven, de 15 años,
hasta el más veterano, de 70. Todos los que se inscribieron terminaron
las etapas y esperamos que lo logren también en el tramo final”, afirmó.
La
agrupación de cicloturismo que dirige desde 1999, impuso hace años una
serie de pruebas puntuables, que coinciden con los grandes hitos del
calendario cristiano. Reyes, Semana Santa, Corpus Cristi en junio, el
Señor del Milagro el Septiembre y la trepada de Navidad configuran una
oferta que cuenta cada vez con más adeptos, en una provincia donde el
“rural bike” suma fanáticos cada día.
“Por suerte esta vez nos
acompañó el tiempo, con días soleados aunque no demasiado calurosos.
Ojalá la tercera jornada se presente igual”, se esperanzó Sosa, pensando
en la fase final del Vía Crucis aún cuando no había concluido la
exigente segunda parte. Muchos como el, comenzarán el Domingo de Pascuas
pedaleando, como una ofrenda de fe que, a la vez, va camino a
convertirse en una actividad destacada de la particular Semana Santa
tucumana.
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