Costa Rica, además de ser un ejemplo de estabilidad democrática y de preservación del Medio Ambiente, es también el país más feliz del mundo. La felicidad y el desarrollo.
El índice de felicidad considera avanzada una nación cuando obtiene altos niveles calidad de la salud pública, empleo, medio ambiente y los derechos humanos.
Una reunión de alto nivel celebrada en la sede de las
naciones Unidas en Nueva York se ocupó de examinar la relación
entre el desarrollo y la felicidad.
Durante esa reunión, la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, explicó algunos de los factores que han llevado su país al primer lugar de la lista de la felicidad.
La felicidad y el desarrollo
La tendencia de utilizar el producto interno bruto como indicador de desarrollo lleva al desbalance de los países y pone en riesgo la felicidad.
Así opina el experto costarricense en Economía de la Felicidad, Mariano Rojas.
El economista considera que Costa Rica es “feliz” gracias a la sociedad y no precisamente a las políticas públicas del Gobierno.
“Los costarricenses mismos reportan ser los más felices (...) El tico tiene un buen balance del tiempo entre trabajo y relaciones sociales”, explicó el experto desde su oficina en México.
Siguiendo la hipótesis de Rojas, mientras que los costarricenses encuentran la satisfacción en el imaginario de la paz, y no por una política pública, el reino de Bután sí tiene todo un proceso científico para medir la felicidad.
Esa visión del progreso existe en el país asiático desde 1974 y es hasta ahora que el mundo comienza a considerar el desarrollo como algo más allá de lo económico.
Bután, un país pequeño ubicado entre la India y China, vive bajo la premisa de que el dinero no es suficiente para su crecimiento.
El rey Jigme Singye eliminó hace casi 40 años el producto interno Bbuto (PIB) como medición básica del desarrollo y en su lugar estableció la felicidad interna bruta.
Este índice cuenta con 72 indicadores y nueve variables, entre las cuales se encuentran el bienestar psicológico, el uso del tiempo y la vitalidad comunitaria.
La fórmula de Bután es una alternativa a la visión tradicional de utilizar el PIB como indicador.
Precisamente, la presidente costarricense Chinchilla pretende la promoción de nuevos parámetros de desarrollo en su viaje, aunque en el país no existen estas iniciativas.
“Los políticos hablan de Costa Rica como el país más feliz, pero lo hace como una curiosidad. No veo interés por incorporar esos temas”, aseveró Rojas.
“Por ahora no sería una posibilidad para explorar; yo pienso que Costa Rica no está considerando la utilización de esos índices como medida del desarrollo”, opinó Weisleder.
Además de ser oradora sobre el desarrollo, Chinchilla conversó con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, sobre seguridad, y con la expresidenta de Chile Michelle Bachelet, sobre género.
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