Un cuadro con la foto de Marita Verón, quien fue secuestrada hace ayer 10 años, fue colocado en una de las sillas de la sala de audiencias del juicio que se sigue a 13 personas por la desaparición de la joven tucumana.
Durante la jornada siguió declarando Fátima M. quien asegura que vio en cautiverio a Marita, en tanto los jueces de la Sala 2 de la Cámara Penal, donde se sustancia el juicio, decidieron que los dos hermanos Gómez, acusados en el proceso, no pueden acercarse a Micaela, hija de Marita.
"La foto seguirá ahí hasta que todo esto termine", advirtió su madre, Susana Trimarco, quien estuvo acompañada por David Catalán, pareja de Marita al día de su desaparición, el 3 de abril de 2002.
En un primer momento se intentó impedir que Trimarco ingrese con el cuadro pero luego fue autorizada y siguió el desarrollo de la jornada que tuvo como protagonista a Fátima M., la joven que asegura que vio a Marita dos veces en la casa de Daniela Milheim, una de las 13 imputadas en la causa.
La testigo, que comenzó su relato la semana pasada, respondió las preguntas realizadas por los abogados de los imputados, quienes trataron de demostrar que la mujer no estaba encerrada en contra de su voluntad.
"Marita tenía pollera negra, zapatillas rojas y remera de Damas Gratis", insistió Fátima M., y agregó que Milheim la llevaba del brazo.
Durante la audiencia, el abogado Hernán Molina, defensor oficial de Milheim, pidió que se aplique la figura del falso testimonio contra la mujer.
"Esta testigo ha incurrido en la presunta comisión de falso testimonio y pido que la Sala 2 remita a la fiscalía que corresponda a fin de que se investigue", indicó.
Según Molina "las veces que le tocó declarar dijo fechas distintas, cosas distintas y queremos saber cuál es la verdad".
"Una de las contradicciones se produce en su relato del Hospital Carrillo ya que primero dijo que fue llevada por Pablo Milheim, hermano de Daniela y por su esposo, pero posteriormente, sostuvo que fue llevada por Daniela Milheim y no por las otras personas", agregó.
También resaltó que "primero declaró que fue secuestrada el 23 de mayo y después dijo el 27 de mayo, mientras que en otra causa en la que declaró dijo que fue el 27 o 28 de julio".
Molina destacó que "de acuerdo a lo que me dice mi defendida, Fátima estuvo en su casa, trabajó allí como doméstica y cuidando niños, pero nunca secuestrada".
Por otra parte, el tribunal decidió que los dos hermanos Gómez -que son juzgados junto a otras 11 personas- deben fijar domicilio a 10 cuadras, mínimo, de la casa de Trimarco al considerar que "si existe una cercanía de domicilios se pueden originar episodios conflictivos"
La medida se fijó luego de que la defensora de Menores, Inés Avellaneda, solicitara que se prohíba el acercamiento de Gonzalo "Chenga" Gómez a Micaela, la hija de Marita, ya que los acusados se fueron a vivir a dos cuadras de la casa donde vive la adolescente con su abuela.
"Salió de su casa y se los encontró", señaló la funcionaria a los miembros del tribunal, antes de pedir que los imputados en el juicio no se acerquen a menos de 300 metros de la adolescente.
El abogado de los hermanos Gómez, Roberto Flores, había rechazado el pedido por considerar que "se afecta el derecho de libertad ambulatoria y se aplicará una medida por algo que no sucedió", al negar el encuentro entre Gómez y Micaela.
Los hermanos Gómez y la madre de ambos, Irma Medina, se mudaron la semana pasada a una casa que está a pocos metros de la vivienda de Trimarco.
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