La diputada de la Ciudad de Buenos Aires María José Lubertino se hizo presente el fin de semana en el circuito callejero del TC 2000 a fin de verificar las distintas medidas de seguridad dispuestas para la competencia.
De acuerdo con la reciente disposición del juez Scheibler, la
legisladora puso especial énfasis en constatar el cumplimiento de lo
ordenado por el magistrado a fin de salvaguardar tanto la seguridad de
las personas como el patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad.
Recordemos que a partir del pedido de una medida cautelar
solicitado por la diputada porteña Delia Bisutti, el juez en lo
Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad de Buenos Aires,
Guillermo Scheibler dispuso el cumplimiento de al menos cinco de las
siguientes medidas: “extremar el estricto cumplimiento de la totalidad
de las medidas de seguridad diseñadas para el evento”; “instalar
barreras acústicas sobre ambas márgenes del circuito, en toda la porción
de su traza que atraviese el distrito de zonificación APH 1, con
carácter previo al comienzo de las pruebas clasificatorias”; “que la
Agencia de Protección Ambiental realice mediciones de niveles sonoros y
vibraciones en diversos puntos del circuito”; “dar estricto cumplimiento
a la normativa vigente en materia de expendio y almacenamiento de
combustibles y manejo, transporte y tratamiento de residuos peligrosos
derivados de hidrocarburos”; “adoptar los recaudos que aseguren la
movilidad de los habitantes del sector urbano interno del circuito,
especialmente de aquellos con capacidades reducidas”.
Entre ellas exigió que se extremen los recaudos de seguridad y se proteja con paneles acústicos el casco histórico.
Luego
de inspeccionar durante la jornada completa del sábado, la diputada
María José Lubertino dijo haber detectado “serios incumplimientos”.
Aseguró la legisladora kirchnerista que “fueron nulas las medidas
adoptadas para garantizar la movilidad de personas con discapacidad. No
se emplazaron puentes peatonales obligando a la gente a dar rodeos de
varias cuadras para poder llegar a sus destinos”.
Dijo además
que “los subterráneos no se detuvieron en todas las estaciones cercanas
al circuito entre las 10 y las 18. No se brindaron vías alternativas de
ninguna naturaleza para facilitar el traslado de personas con
discapacidad y el desplazamiento por las aceras resultó sumamente
dificultoso debido al importante angostamiento que sufrieron por la
colocación de vallas de seguridad, situación más dificultosa aún para
personas con dificultades para movilizarse. Las barreras acústicas
consistieron solamente en algunos paneles de madera terciada y algunas
telas colocadas sobre los últimos 80 cm del vallado perimetral. No fue
protegido todo el recorrido que atraviesa el casco histórico de ambos
lados de la pista, tal como indica la resolución judicial”.
“Es
importante señalar que los niveles de ruido observados por Lubertino se
situaron en un nivel en el que constituyen un daño para la salud y una
seria molestia para los vecinos al trazado”, continuó señalando
Lubertino a través de un comunicado, afirmando que “esto resulta más
grave aún para quienes posean alguna patología previa relacionada con su
aparato auditivo. Además, la indicación de realizar mediciones previas a
las pruebas de clasificación fue ignorada y los organizadores no dieron
en ningún momento respuesta satisfactoria a la solicitud de la diputada
de constatar los equipos de medición, sus emplazamientos y los horarios
de testeo. Durante el recorrido que duró alrededor de ocho horas no se
observó a ningún equipo técnico realizando mediciones”.
No
obstante lo señalado, la diputada Lubertino comprobó el resto de los
sistemas de seguridad relacionados con el manejo de residuos peligrosos,
vías de emergencia, dispositivos contra incendio, sanitarios y de
evacuación, entre otros, además de registrar los valores de ruido con la
asistencia de personal técnico y correspondiente instrumental.
Según
la reglamentación de la ley (Decreto Nº 740 - 2007) las áreas de
protección histórica se homologan a los distritos residenciales (R), en
algunos casos, y en otros a zonas con actividad comercial (C)
correspondiéndoles entonces la caracterización de ASAE II y III,
respectivamente. Las mediciones que pudo constatar la diputada María
José Lubertino arrojan como nivel de ruido de base (pre operacional)
valores alrededor de los 70 dB con picos de 75. Las mediciones tomadas
en distintos puntos del circuito callejero del TC 2000 arrojaron en
todos los casos valores superiores a 90 dB registrándose valores máximos
cercanos a los 120 dB con los autos desarrollando las pruebas de
clasificación (operacional)
“Resulta evidente que las mediciones han
superado largamente los valores admitidos por la ley 1540 (inclusive
aquellos previstos para áreas especialmente ruidosas) que admiten un
máximo de 65 y 70 dB en horario diurno para las zonas APH1 y APH 2”,
concluyó la diputada.
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