En el fútbol de Argentina renunciar y echar son sinónimos. Héctor Rivoira y Leonardo Madelón dejaron de conducir los primeros equipos de Olimpo de Bahía Blanca y San Lorenzo de Almagro respectivamente.
La mala campaña de ambos directores técnicos al frente de sus equipos llevaron a esta sistuación.
El exitismos y la intolerancia de dirigentes, hinchas y periodismo está llevando al fútbol argentino a límites nunca antes pensados . Entran y salen técnicos de los equipos más rápido de lo que dura una semana de entrenamiento.
Una de las causas de los pobres espectáculos que vemos fecha tras fecha es por el extremo cuidado que ponen los técnicos en los planteos y tácticas. Durar es lo que cuenta aunque eso atente contra la belleza que tiene el fútbol.
Por otra parte los dirigentes argentinos que gestionan el accionar institucional de los clubes, en su mayoría, se mueven con la hipocresía como bandera , prometiendo lo que no pueden dar y recibiendo lo que no les sirve. Las cámaras, los micrófonos y las fotos son lo que más buscan y sus declaraciones constan una liviandad nunca vista.
Son varios los entrendores que fueron "renunchados" sin contemplaciones . Así nos va.
Daniel A. Villalba
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