David Catalán, pareja de Marita Verón en el momento de la desaparición y padre de Micaela, la hija de la joven, aseguró ayer que ella "tenía un carácter fuerte, era una mujer trabajadora y emprendedora", y recordó que se despidió de él diciéndole "chau mi amor, nos vemos más tarde". VIDEO
Además de contar detalles de su relación con la joven desaparecida, el testigo reconoció que fue torturado por policías durante la investigación del caso, aunque aclaró que no los denunció en su momento por temor.
"Me tocó declarar en el D2, en Inteligencia de la Policía, y me tomaron declaración dos policías", recordó.
"Antes de que empiece a hablar me empezaron a pegar porque querían que les diga dónde estaba y a quién le había vendido a Marita", expresó.
Con el relato de Catalán se desarrolló una nueva jornada del juicio y sus palabras eran muy esperadas ya que desde hace mucho tiempo optó por mantenerse al margen del trabajo que lleva adelante Susana Trimarco.
El hombre que era pareja de Marita Verón el día que desapareció seguirá respondiendo preguntas a los abogados que defienden a los 13 imputados durante la jornada de hoy, la última prevista para esta semana.
La prolongación de su testimonio es posible que postergue para la próxima semana las declaraciones de Fátima Mansilla, una joven que fue secuestrada y obligada a prostituirse y cuya declaración es considera de suma importancia para la causa.
Durante más de cuatro horas, Catalán respondió numerosas preguntas y justificó su bajo perfil en el caso, aunque aclaró que "sigo luchando y rogando para que aparezca porque quiero que mi hija vuelva a tener a su madre. Lo único que puedo pedir acá es justicia y que se haga todo para que eso ocurra".
"Desde un primer momento Susana se encargó de la parte judicial, pero nunca dejé de colaborar con la búsqueda", aseguró, y contó cómo recorrió lugares para encontrarla y dijo que hasta se internó en cañaverales siguiendo las pistas que recibían.
El hombre admitió que al comienzo del vínculo con Marita la relación con sus suegros fue complicada, pero que eso cambió y "ahora es buena".
Recordó que la primera reacción de Trimarco al enterarse que Marita estaba embarazada había sido sugerir que no tuviera a su hija, pero luego cambió y se mostró solidaria con ellos.
"Ella me compró herramientas para que yo hiciera trabajos de herrería y nos ayudaba mucho, al igual que mis padres", indicó Catalán, quien negó que la joven hubiese estado embarazada cuando desapareció en 2002.
Contó que una amiga de Marita le contó a Trimarco que lo vio "con un gay", pero aclaró que eso no fue cierto y destacó que formó pareja con otra mujer durante un tiempo, pero actualmente está otra vez solo.
Con su testimonio, Catalán comprometió a la enfermera Patricia Soria y a Miguel Ardiles, quienes ya participaron en el juicio en calidad de testigos, aunque los abogados creen que fueron el primer nexo en la entrega de Marita a los secuestradores.
"Ardiles iba mucho a la casa de Soria y los vi besándose, por lo que supuse que eran novios", reveló.
Tanto Soria como Ardiles dijeron durante el juicio que sólo eran conocidos y negaron haberse encontrado en la casa de la enfermera.
Al relatar los últimos momentos vividos antes de la desaparición, Catalán contó que entre ambos decidieron que Marita se colocara un DIU en la Maternidad.
"El fin de semana previo a su desaparición lo pasamos en la casa de mis suegros porque ella debía ir el lunes a que le colocaran el dispositivo", indicó.
"Durante la mañana, su papá se ofreció a llevarla en su auto pero ella insistió en que no hacía falta, se me acercó, me dio un beso y me dijo `chau mi amor, nos vemos más tarde`. Nunca más supimos de ella", relató el hombre.
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