La XXXII Conferencia Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y El Caribe dio comienzo ayer en Buenos Aires, con el objetivo de analizar los principales retos de la agenda alimentaria y agrícola a nivel internacional.
El encuentro, que se extenderá hasta el viernes próximo, también pretende fijar las prioridades que seguirá la organización durante los próximos dos años.
El evento reúne a 32 ministros de Agricultura de diferentes países de la
región, y se realiza en el Palacio San Martín, donde se abordan dos
termas principales: seguridad alimentaria y cambio climático.
Asimismo, el viernes a las 12, el ministro de Agricultura, Norberto
Yauhar; y el director general de la FAO, José Graziano da Silva
realizarán el cierre del evento con una conferencia de prensa en la que
comunicarán las conclusiones de la jornada.
En la jornada
inaugural, se analizaron los datos provistos por la FAO, que advierten
sobre la existencia de casi mil millones de personas afectadas por el
flagelo del hambre.
En ese sentido, desde la institución
organizadora de la Conferencia estimaron que "la producción de alimentos
debe aumentar 70 por ciento para 2050, para que esta cifra no sea aún
más alarmante".
La FAO puntualizó que "desde la crisis
financiera de 2008 ha quedado en evidencia una excesiva volatilidad de
los precios de los commodities, la cual puede afectar las decisiones de
inversión en el sector y, por ende, la oferta alimentaria".
Por
su parte, los ministros intercambiaron opiniones sobre los factores que
subyacen a la volatilidad de precios y avanzaron en la formulación de
posiciones en tres grandes aspectos: gobernanza de la seguridad
alimentaria; inversión en la agricultura y acceso a los alimentos y
cambios en el patrón de consumo.
Destacaron la importancia de
incrementar la productividad de manera sostenible, para los cual las
inversiones, la innovación tecnológica, la transferencia de tecnología,
la agricultura familiar, los sistemas de sanidad e inocuidad de los
alimentos cumplen un rol central.
Los participantes también
comenzaron a analizar el problema de la calidad y eficacia de la
intervención del Estado, así como también la cooperación regional para
hacer frente al cambio climático.
Al respecto, durante estos
días buscarán consensuar herramientas que fortalezcan la capacidad de
los países para responder al desafío del cambio climático y promover una
agricultura climáticamente inteligente.
Por otra parte, se
espera que en las próximas jornadas se avance en definiciones respecto
de la planificación sectorial en torno al cambio climático, teniendo en
cuenta el impacto económico y social en los sub sectores agrícola,
pecuario, forestal y pesquero.
En ese sentido, se definirán
estrategias para que los productores agropecuarios más vulnerables
logren sostener y aumentar su producción en situaciones climáticas
extremas y reducir el consumo de energía y las emisiones de gases de
efecto invernadero en la agricultura.
La Conferencia Regional de
la FAO se celebra cada dos años y representa el máximo órgano rector y
foro de la Organización en la región.
Las decisiones definidas en este ámbito fijarán los temas que guiarán el actuar de la FAO a nivel mundial.
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