Fernando "Chenga" Gómez, uno de los imputados en el juicio por la desaparición de Marita Verón, dijo ayer que "hay madres que después desconocen todo pero, mientras cobran la plata que ganan sus hijas por prostituirse, está todo bien". Los testigos de la jornada, Luis Romano, Celedonio Juárez y Delicia Díaz, aportaron poco pese a que los tres creen haber visto a Marita Verón
Gómez pidió hablar ayer ante el tribunal para defenderse de las acusaciones de María Alejandra Huerta y su madre, Amelia Juárez, quienes aseguraron que la primera vivió un infierno cuando trabajó para él en La Rioja.
"Todos saben que hay chicas que trabajan de noche; eso es así y va a ser siempre", expresó el imputado, tratando de justificar la actividad desarrollada por su familia, dueña de "wisquerías" en La Rioja.
Gómez dijo que está cansado de que "nos hagan tanto daño" e insistió en que el hecho de que su madre, Irma Lidia Medina, se haya "prostituido y tenido una wisquería no nos hace delincuentes ni asesinos".
Durante su relato admitió haber mantenido "una relación de noviazgo" con Huerta, a quien dijo conocer por el nombre de Julieta, pero aclaró que nunca se quedó con un peso de ella.
"Me decía que esa plata era para su madre y yo, que entonces tenía 17 años, lo único que quería era que ella estuviese bien", precisó.
Los testigos de la jornada, Luis Romano, Celedonio Juárez y Delicia Díaz, aportaron poco pese a que los tres creen haber visto a Marita Verón hace diez años, poco después de su desaparición, caminando por La Ramada, unos 20 kilómetros al nordeste de San
Miguel de Tucumán.
Ninguno fue preciso con sus conceptos porque sólo aseguran haber visto a "una joven flaca" que, por sus características físicas, podría haber sido Marita.
Sin conceptos llamativos por parte de los testigos, el protagonismo lo asumieron Gómez y su madre, quien también pidió hablar para defenderse de los dichos de Huerta y Juárez.
"En primer lugar, quiero volver a repetir mi inocencia", dijo Medina y reiteró que nunca conoció a Marita Verón. "Esto es injusto y no sé a qué se quiere llegar culpándonos a nosotros", indicó.
Según Medina, "es mentira" el testimonio de Huerta, quien denunció haber recibido maltrato en La Rioja, donde, según sostuvo, la obligaron a prostituirse y la golpearon.
"Ella iba y volvía porque el alojamiento era gratis. Si estaba tan mal, ¿por qué volvía? La madre sabía que estaba ahí. Se comunicaban seguido y nosotros le mandábamos giros", afirmó.
El abogado Carlos Posse pidió al tribunal que solicite al Correo Argentino un informe para determinar si en 1998 Juárez recibió giros de su hija Huerta desde La Rioja.
Medina está alojada en la Brigada Femenina, acusada en una causa por drogas, y es trasladada al Palacio de Justicia para cada audiencia.
La mujer fue detenida en la casa de su nuera, donde se encontró un kilo y medio de marihuana.
En los allanamientos también se encontraron documentos de identidad de mujeres tucumanas, santiagueñas y riojanas que, se presume, podrían haber sido obligadas a prostituirse.
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