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AMPLIARPaula y Héctor González

Comunidad organizada para la construcción de viviendas

El proyecto Valle azul surgió en Bariloche pero la idea es que se extienda a todo el país “la idea es trabajar con organizaciones sociales y sindicatos y crear barrios que les generen un sentido de pertenencia”, comentaron Paula González y Mauro González, miembros del grupo quienes visitaron Tucumán.

Paula y Mauro, comparten apellido pero no son parientes. Ambos son militantes peronistas y la semana pasada participaron de un encuentro en Tucumán. Con 25 años el muchacho es el concejal más joven de Bariloche y junto a otros compañeros crearon el Proyecto Valle Azul, del cual hablaron con TucumánHoy.

“Es una propuesta de producción popular del hábitat y economía social que busca revertir los altos índices de subocupación, exclusión y pobreza a la que fue sometido Bariloche durante más de tres décadas y plantea transformar esa situación de injusticia en posibilidades concretas de acceso a la vivienda, la producción, el trabajo y el consumo a través de la organización comunitaria”, comentaron.

La idea es trabajar con organizaciones sociales y sindicatos y crear barrios que les generen un sentido de pertenencia. “Es pensar nuestra propia intervención y participación en la reproducción de las condiciones actuales de existencia y en nuestra posibilidad y capacidad de organizarnos para transformar la realidad”, aseguran.

Desde que se creó Valle Azul articularon un importante trabajo junto al Instituto de Vivienda de Bariloche. Se acoplaron muchas organizaciones. Con esta forma de trabajo se genera una gran cantidad de empleo y la financiación para la construcción del nuevo hábitat se hace más fácil. “El hábitat no es otra cosa que la producción de un orden social. Nosotros nos pensamos como protagonistas de esa creación, reconociendo la complejidad y diversidad existentes, y apelando a la 'comunidad organizada' como núcleo que genera y sostiene un nuevo orden social”, conceptualizan.

¿Cuáles son los objetivos?

Trascender y erradicar las prácticas clientelares y los métodos abusivos de cualquier tipo, legitimar el objetivo social de la construcción respetando la normativa vigente en materia laboral e impositiva y sin limitar la práctica sindical, lograr la participación de los asociados desde el primer momento, involucrándose en el diseño de su vivienda y el espacio urbano, introducir innovaciones tecnológicas en materiales, equipos, máquinas y procesos productivos que convivan con el medio ambiente... En fin, que cada espacio nuevo construido sea un núcleo de inclusión social reparador de la desigualdad existente, con capacidad de replicar y potenciar el entorno, ponderando y dignificando la vida de todos y cada uno.

Respecto a que esta forma de trabajar en conjunto se logre en Tucumán, de donde es oriunda Paula, indicó que para esto “las universidades deben estar en los territorios. En Tucumán hay herramientas, organizaciones sociales y se deben dar los contextos para trabajar siempre con el Estado”.

Por último Mauro opinó que “teniendo en cuenta que la problemática de la vivienda y la tierra está en la agenda del gobierno nacional es necesario que instalemos el debate para pensar qué tipo de viviendas queremos, que la casa se adecue al tipo de familia y no al contrario. En este marco la apertura de Gobiernos y Municipios son fundamentales para canalizar esta política”.

Sebastián Ganzburg