Los testigos que declararon el viernes en el juicio oral por delitos de lesa humanidad que se realiza por el secuestro y las torturas que sufrió Emma del Valle Aguirre en 1977 en Tucumán, señalaron que la vida que llevaban en esos tiempos “era terrible”. VIDEO
La segunda jornada del juicio que tiene como imputado al ex policía Miguel Angel Moreno se realizó el viernes en los Tribunales Federales de la capital tucumana y tras escuchar a los testigos, el Tribunal dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo jueves.
Ese día se escucharán los alegatos y 24 horas después se dictará la sentencia del juicio, según lo anticipado por fuentes judiciales.
El principal testimonio lo brindó ayer Elisa Medina, vecina de Aguirre, quien recordó que cuando ocurrieron los hechos, en 1977, ambas residían en la localidad de León Rougés, al sur de la provincia.
"Una noche llegaron policías buscando a mi esposo, quien no se encontraba, y al verlos llegar me refugié en la casa de mi vecina, con mi pequeña hija en brazos", comentó.
Al continuar con su relato señaló que "quemaron la vivienda, me buscaron y me llevaron. Aguirre quedó al cuidado de la bebé", explicó y le agradeció la ayuda brindada, aunque se sospecha que esa fue la causa de su posterior secuestro.
Medina contó que fue detenida dos veces, negó que su marido (trabajador de un ingenio) o ella tuviesen militancia política y explicó que fue llevada a la comisaría de Monteros, donde fue sometida a torturas.
"Me ponían cables con corriente en la cabeza hasta dejarme muda y me preguntaban mi nombre de guerra. Uno de los que me torturó me preguntó si prefería que me pegue él o que me mande 30 hombres para que me hagan lo que ya imaginan", contó en medio de su estremededor relato.
Por su parte, Elvira Cuello, que vive en León Rougés, la misma localidad de la que es oriunda Aguirre, señaló que la vida que llevaban en esos tiempos “era terrible”.
“Un día, mi hijo fue a buscar un remedio a Monteros y cuando volvió los militares no lo dejaron pasar, le dijeron que corriera y lo acribillaron de atrás", añadió.
"Al otro día, fui a la base que estaba detrás de la comisaría a preguntar lo sucedido y me dijeron que había sido un accidente", indicó.
El testigo que cerró la etapa de testimonios fue Carlos Argañaraz, un zafrero que vivía en Macio (entre Simoca y Monteros) y que estuvo tres meses secuestrado.
“Nos llevaron a mi hermano. El no apareció más. A mi me torturaron tanto... con la picana, me colgaron, me metieron en un tacho con agua. Estuvo muy mal lo que me hicieron”, cerró el testimonio llorando.
Los testigos recordaron que a cargo de la comisaría de León Rougés, cuando ocurrieron los hechos, se encontraba Moreno, quien ayer hizo uso de su derecho de defensa y negó las acusaciones en su contra.
El juicio tiene como único imputado a Moreno, ya que el represor Luciano Benjamín Menéndez fue separado por problemas de salud, mientras que se extinguieron los cargos, por fallecimiento, contra Antonio Domingo Bussi y Alberto Mario Albano Zimmermann.
Luego de las palabras del ex policía, Aguirre relató en primera persona ante el tribunal que preside Gabriel Eduardo Casas las vejaciones sufridas mientras estuvo detenida entre el 17 de febrero y el 6 de marzo de 1977.
Aguirre fue secuestrada de su casa por un grupo de civiles encapuchados, que la llevaron con los ojos vendados hasta una comisaría y luego al ex ingenio Nueva Baviera (Famaillá), donde la tuvieron varios días atada de pies y manos con alambres.
Durante su cautiverio, según manifestó, fue brutalmente torturada y asegura haber visto durante una sesión de tortura a Bussi dar órdenes y a Moreno, cumplirlas.
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