Ema del Valle Aguirre, secuestrada y torturada durante la década del `70 en épocas de la dictadura, aseguró ayer que no le dejaron "ni un sólo lugar del cuerpo sin moretones" mientras estuvo en cautiverio. El imputado, ex comisario Miguel Ángel Moreno, en su derecho a defensa, negó los cargos.
La mujer relató cada uno de los momentos vividos y las vejaciones que sufrió durante el nuevo juicio oral por delitos de lesa humanidad que comenzó ayer en Tucumán y recordó cómo era sometida a descargas eléctricas.
Aguirre, quien actualmente tiene 67 años, aclaró que "nunca fue violada sexualmente", pero afirmó que le pusieron la picana eléctrica "desde la boca hasta los pies".
"Se me formaron ampollas que se infectaron, pero no permitieron que me vea ningún médico para curarme", expresó.
La mujer relató lo que sufrió luego de ser sacada por la fuerza de su casa por un grupo de encapuchados que le taparon los ojos con una prenda de su pequeña hija y la subieron a una camioneta donde iban otras personas.
El juicio tiene como único imputado al ex policía Miguel Ángel Moreno, ya que el represor Luciano Benjamín Menéndez fue separado por problemas de salud, mientras que se extinguieron los cargos, por fallecimiento, contra Antonio Domingo Bussi y Alberto Mario Albano Zimmermann.
La mujer, relató en primera persona ante el tribunal que preside Gabriel Eduardo Casas las vejaciones sufridas mientras estuvo detenida entre el 17 de febrero y el 6 de marzo de 1977.
Aguirre fue secuestrada de su casa por un grupo de civiles encapuchados, que la llevaron con los ojos vendados hasta una comisaría y luego al ex ingenio Nueva Baviera (Famaillá), donde la tuvieron varios días atada los pies y manos con alambres.
Durante su cautiverio, según manifestó, fue brutalmente torturada y asegura haber visto durante una sesión de tortura a Bussi dar órdenes y a Moreno, cumplirlas.
"Llegué a ver su rostro sonriente y a su lado estaba Bussi, quien le decía `denle 10, 15, 20...a esa hija de puta", relató.
Durante su testimonio, recordó que le decían "sos la hembra del cura Luciano, hablá, decí donde tienen las armas".
"Ellos querían que yo les dijera algo que no sabía y también que admitiera que Juan Ángel Giménez, Juan Rodríguez, y Simon Campos eran `zurdos`", indicó.
Si bien reconoció que a los 17 años se afilió al Partido Justicialista, aclaró que nunca participó activamente en la política. "Todavía me pregunto porque me hicieron eso y me gustaría que alguien me explique porque fui torturada", señaló dirigiéndose al tribunal.
Los represores llegaron a preguntarle como quería morir, pero finalmente decidieron liberarla.
"Esa noche llovía mucho. Me subieron a una camioneta y me dejaron en un descampado. Cuando llegué a mi casa sólo estaba mi padre. Nos abrazamos y mientras llorábamos le pedí disculpas por todo lo que había sufrido debido a mi secuestro", manifestó.
Al recordar aquellos tiempos, Aguirre dio una lista de personas que habían sido secuestradas antes y sostuvo que "León Rougués era un pueblo sitiado, durante el día por los militares y en la noche por los encapuchados".
Cuando le preguntaron por qué está segura que Moreno era el hombre que estaba junto a Bussi, contó que lo había visto un par de veces en la comisaría, cuando fue a realizar trámites antes de ser sacada por la fuerza de su casa.
Moreno, por su parte, ejerció el derecho de defensa en el inicio de la primera audiencia del juicio, negó los cargos y aseguró no haber visto nunca a Aguirre.
Moreno buscó marcar claras diferencias entre el accionar de la Policía y las fuerzas del Ejercito, al sostener que "todas las operaciones estaban al mando de los militares".
"Eran los militares los que actuaban", explicó el imputado, y agregó que "los vecinos decían que veían actuar gente encapuchada, que recibía ordenes directamente de los mandos naturales del Ejército".
"Los policías nunca nos llevamos bien con los militares porque según ellos, nosotros éramos subversivos que les ocultábamos información", indicó.
Durante su relato, Moreno aseguró que nunca tuvo una buena relación con Bussi, quien, según Aguirre, daba las órdenes para que el ex policía la torturara mientras estuvo en cautiverio.
"Bussi no hacía buenas migas conmigo y una vez me aplicó 30 días de arresto. Era arbitrario y soberbio", sostuvo Moreno.
También afirmó que mientras trabajó en la comisaría de León Rougués "nunca vio que se torturaran personas", y negó haber tenido contacto con Menéndez.
"¿Ustedes creen que alguien como él iba a molestarse en tener contacto con una `laucha` como era yo?, les preguntó a los abogados que lo interrogaron.
El juicio será breve y fuentes judiciales estiman que no durará más de dos semanas. Continúa a las 8.30.
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