Le concedieron honores casi de jefe de Estado, con una nube de fotógrafos y cámaras registrando su llegada. Una banda de la policía interpretó los himnos nacionales de Italia, Cuba y el Vaticano. A la ceremonia de despedida, el miércoles, asistieron los embajadores y el número dos de la secretaría de Estado de la Santa Sede, el arzobispo Giovanni Angelo Becciu. Toda esta pompa por un joven cocodrilo –aún sin bautizar, por cierto– que retornará a la perla de las Antillas coincidiendo con la próxima visita del Papa.
El reptil, de la especie amenazada crocodylus rhombifer, fue confiscado en noviembre pasado por guardias forestales en Cremona, una ciudad del norte de Italia famosa por la construcción de violines. Un turista se lo había traído de Cuba, de manera clandestina, oculto en un calcetín. Desde entonces se recupera en el Bioparco (zoo) de Roma. El cocodrilo ya fue presentado a Benedicto XVI durante una audiencia pública, el 11 de enero. El animal, definido el miércoles como "embajador de paz entre los pueblos", viajará a Cuba la semana próxima, en la bodega de un avión de línea regular, tres días antes de la llegada del Pontífice. El zoo de La Habana se hará cargo de él.
Se calcula que el cocodrilo tiene unos cuatro años, pero está poco desarrollado para su edad. Temen que, debido al trauma sufrido, ya nunca llegue a ser un adulto de tamaño normal. "Ha crecido mal porque vivió en condiciones pésimas; estaba desnutrido", comentó a este diario Paolo Giuntarelli, presidente de la fundación del Bioparco. Antes de la partida, lo mantendrán en cuarentena para controlar su estado de salud. Y le pondrán un nombre, el ganador de un concurso en el que participan escuelas. Desde Roma seguirán sus pasos tras el retorno a su tierra, gracias a una conexión permanente por videocámara, vía internet.
Monseñor Becciu, ex nuncio apostólico en La Habana, fue muy diplomático en su intervención. Se congratuló de que el cocodrilo vuelva a su país, a "la isla mágica y encantadora", y auguró que lo recibirán muy bien, como "anticipo de la gran acogida" que tributarán al Papa. La embajadora cubana en Italia, Milagros Carina Soto Agüero, subrayó que el gesto "es una demostración de amistad y prueba de cooperación entre nuestros dos países". El embajador cubano ante la Santa Sede, Eduardo Delgado, se permitió una ironía política y dijo que el cocodrilo "ahora es un inmigrante ilegal en Italia". "Estamos contribuyendo también a que se reduzca la inmigración ilegal en Italia", agregó el representante cubano.
Benedicto XVI aterrizará en Santiago de Cuba el día 26 de este mes, procedente de Guanajuato (México). Al día siguiente se trasladará a La Habana. Será el primer viaje papal a la isla desde el que realizó Juan Pablo II en 1998.
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