La economía japonesa se está recuperando lentamente tras la catástrofe del 11 de marzo de 2011, cuando un terremoto de magnitud 9 en la escala Richter, seguido de un tsunami, sacudió al país y desató una catástrofe nuclear en la central de Fukushima
A un año del tsunami, la inversión está al alza y los expertos prevén un retorno al crecimiento económico, entre otros factores ante la contracción menor de lo esperado en el cuarto trimestre de 2011, al lograr las compañías aumentar sus gastos de capital.
El sismo de magnitud 9 fue el más fuerte registrado en el país y sucedió
en un momento en que el país se recuperaba lentamente de la crisis
económica provocada por el colapso de Lehman Brothers.
El tsunami destruyó instalaciones de producción e interrumpió la línea
de suministro a compañías multinacionales como Toyota, provocando una
caída de la producción mundial y problemas de ventas.
Además, los consumidores japoneses recortaron drásticamente el gasto,
optando por el ahorro por miedo a futuras catástrofes y para recuperarse
de las pérdidas.
A esto se sumaron las inundaciones en la vecina Tailandia, que golpeó a
las automotrices e industrias de la electrónica niponas; y la huida de
capitales por la crisis de deuda en Europa mientras aumentaba el valor
del yen, encareciendo las exportaciones japonesas.
En este contexto, China superó el año pasado oficialmente a Japón como la segunda economía más grande del mundo.
Pasado un año, "desde un punto de vista meramente económico, Japón está
en una mejor posición que otros países gracias a la reconstrucción en
las áreas de la catástrofe", cree el economista Martin Schulz, del
instituto de investigaciones Fujitsu de Tokio.
Según los expertos, incluso hay escasez de mano de obra en la industria
de la construcción como resultado del trabajo acumulado en las áreas
afectadas por el tsunami, indicó un despacho de la agencia de noticias
DPA.
Sin embargo, todos los esfuerzos de reconstrucción se financian a través
de préstamos y Japón ya es el país industrializado más endeudado con
una deuda nacional del 210 por ciento del PIB.
Los economistas creen que la mejora económica a raíz de la
reconstrucción se reflejará el próximo año, una situación que se ve
impulsada por incentivos de determinadas zonas económicas para
incentivar la inversión.
En 2011, el país asiático registró una caída de 0,7 por ciento en su
Producto Interno Bruto (PIB) y en enero tocó un máximo en su déficit de
balanza comercial, en 4.300 millones de euros.
Esos retrocesos fueron inferiores a lo previsto por el gobierno, tras el
sismo y tsunami del 11 de marzo pasado.
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