Un triunfo que no tapa lo mal que jugó frente a un débil Guillermo Brown que vino a llevarse un punto y casi lo logra si no fuera por los dos goles de otro partido que convirtió el local. Mármol y Longo, los goles para el decano, Klusener el tanto de los marinos de la Patagonia
Poco público se llegó al Monumental de 25 de Mayo y Chile.
Como venía jugando el decano en este 2012 justifica la ausencia de sus seguidores. Frente a Brown de Madryn no fue distinto a lo mostrado anteriormente. Es más aún, por largos momentos jugó peor que las anteriores presentaciones en las cuales perdió. Pero lo que importaba en estas circunstancias era conseguir un triunfo sin analizar como hizo para quedarse con los tres puntos en juego.
Jugar sin ideas, sin claridad ofensiva , con descuidos defensivos, ingenuidades en la marca, desconcentración y lentitud fue lo que mostraron ayer los conducidos por Juan Manuel Llop.
Peor fue lo que mostró la gente de Dalcio Giovanoli, que apostó al empate y casi se lleva un triunfo si Mármol, a los 15 minutos del complemento, luego de una linda jugada individual, por el andarivel del ocho, no sacara un zurdazo espectacular que se metió en un ángulo del arco de la visita. Empate esperado que le puso la tranquilidad perdida desde los 37 minutos del primer tiempo cuando Gustavo Klusener , aprovechó un centro sobre al área , sin saltar casi y en medio de cinco rivales metió el cabezazo del primer gol del partido.
Goles son amores y los dos del local fueron el éxtasis para los decanos. Sebastián Longo de tiro libre metió el segundo apenas dos minutos después del gol de Mármol. Dos tantos que serían la frutilla del postre si el trámite del cotejo hubiese mostrado algo de buen juego o un poco de fútbol asociado
Unos 20 minutos antes del gol de Brown se habían encendido las luces de las torres, pero igual Atlético siguió transitando la oscuridad con su juego. Realmente los dos jugaron un horrible partido durante 80 minutos.
La semana para el Chocho será más tranqui, lo que le servirá para seguir buscando una respuesta de sus jugadores hacia lo que el pretende en su mensaje, que daría la sensación que no está llegando a quiénes entran a la cancha.
El triunfo cambió sonrisa por silbidos e insultos. Menos mal para los pocos hinchas que se llegaron al estadio.
Daniel A. Villalba
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