La señora Graham estaba cabalgando a lo largo de la costa de Geelong, al sur de Melbourne, acompañada de su hija de 18 años de edad y de repente Astro se hundió en el barro.
Antes de que pudiera dar un grito de advertencia, el caballo de su hija también fue absorbido por el barro. Después de arrastrarse por el fango, la señorita Graham ayudó a su hija y al otro caballo a llegar a un terreno firme.
Sin embargo, Astro se hundía rápidamente y sus esfuerzos por liberarse sólo hicieron que se hundiera más en la ciénaga. Rápidamente la hija fue al coche y pidió ayuda por teléfono. Graham se quedó al lado de Astro y estaba complétamente aterrorizada por que subiera la marea.
Después de tres largas horas, los rescatadores lograron sacar a Astro del barro. Graham confesaba: “Fue aterrador y desgarrador ver a mi caballo agotado”. “Nos íbamos hacia abajo. Había barro por todas las partes y cada vez que me movía nos chupaba hacia abajo. No podíamos salir”.
Finalmente agregó: “He estado viajando durante 20 años y nunca tuve un percance como este. Nunca detecte señales de que pudiera ser tan pantanoso”.
El teniente Roger Buckle, explicaba: “Era como unas arenas movedizas”. “Ha sido una carrera a contra corriente y afortunadamente ganamos”.
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