Los restos de algunas víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001 que no pudieron ser identificados fueron enviados a la morgue de la base de la Fuerza Aérea en Dover (Delaware, EE.UU.), donde fueron incinerados y arrojados en un vertedero, según un informe que encargó el Pentágono.
La Casa Blanca se declaró en un comunicado "profundamente preocupada" acerca de las informaciones y "el trato inaceptable de restos en Dover".
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha sido informado de los resultados de la investigación sobre el trato a los restos humanos en el tanatorio de esa base militar y "apoya firmemente los esfuerzos del Pentágono por poner en marcha los cambios estructurales y sistémicos necesarios para garantizar que este tipo de incidentes no se repitan jamás", explicó la Casa Blanca.
EE.UU. tiene, agregó el comunicado, la "obligación solemne" de ocuparse de manera "compasiva y profesional" de los militares caídos y de sus familias y de las víctimas de los atentados del 11-S.
Las informaciones sobre el paradero de los restos se da a conocer precisamente la víspera de que Obama y su esposa, Michelle, organicen una cena oficial en honor de los veteranos de las guerras de Irak y Afganistán, la primera de su mandato.
El secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, ordenó en noviembre pasado que se investigara la gestión de la morgue militar de Dover, a la que llegan los cadáveres de los soldados muertos en Irak y Afganistán, después de que salió a la luz el extravío y manipulación indebida de algunos restos.
El informe revela que algunos fragmentos de los restos mortales de víctimas del 11 de septiembre que perecieron en el ataque contra el Pentágono y en el avión que se estrelló en el campo de Shanksville (Pensilvania), y que no pudieron ser identificados en su día, fueron enviados en un contenedor a Dover, donde fueron quemados y desechados.
El Pentágono reconoció el año pasado después de una investigación interna que extravió partes de cadáveres en dos ocasiones en 2009 y que manipuló indebidamente otros sin consultar a las familias, por lo que Panetta ordenó la creación de un comité para analizar la gestión de la morgue y emitir recomendaciones.
La revisión, dirigida por el general retirado John Abizaid, no especificó el número de restos humanos de las víctimas del 11S que fueron eliminados de esta manera.
Según el informe, son restos que no pudieron ser identificados, porque eran demasiado pequeños o estaban carbonizados y no se les pudo hacer análisis de ADN.
Fuente EFE
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