AMPLIARLa Camerata Lazarte

23/02/2012 - Recitales

Camerata Lazarte inicia temporada con Tchaikovsky

La Camerata Lazarte iniciará la Temporada Musical 2012, hoy a las 21 en la Federación Económica de Tucumán, interpretando al gran compositor ruso Pyotr Ilyich Tchaikovsky. Además se presentarán poemas de Romina Chavez Díaz con la declamación a cargo del Maestro Julio Lazarte.

Auspiciado por la Fundación Empresaria de Tucumán, la Camerata Lazarte iniciará su temporada 2012 con un concierto inaugural que permitirá escuchar en primera audición  la Serenata para Cuerdas en Do Mayor Opus 48 y el Sexteto en Re Menor Opus 70 “Recuerdos de Florencia” de Tchaikovsky dentro del Ciclo “Obra Integral de Cámara de Piotr Ilich Tchaikovsky” que se desarrollará hasta el mes de Marzo.  

Durante la noche también habrá espacio para las letras ya que presentarán poemas de Romina Chavez Díaz con la declamación a cargo del Maestro Julio Lazarte. El concierto se reiterará el sábado a las 21 en el Teatro Provincial de Salta. La entrada  es libre y gratuita. 

Sobre las obra Tchaikovsky 

La Serenata para Cuerdas fue escrita en el invierno de 1880 a 1881 y fue dedicada al chelista Konstantin Albrecht, directivo importante del Conservatorio de Moscú. La obra comenzó como un cuarteto antes de tomar forma definitiva como una suite para cuerdas en la cual se establece una coherente relación de tonalidades y se sugiere una estructura sinfónica en su disposición formal. Fue interpretada por primera vez en Moscú en 1882 y se ganó inmediatamente la aprobación de “Júpiter”, que era el apodo que le daban al ex-maestro de Tchaikovsky, Anton Rubinstein. La obra probó ser muy satisfactoria para críticos y público por igual, y desde entonces ha permanecido en el repertorio ocupando un importante lugar en la música para cuerdas.

El primer movimiento, descripto como “en forma de Sonatina”, comienza con una introducción lenta, seguida de un primer tema con el cual el compositor consigue una rica textura mediante la división del grupo instrumental, lo cual contrasta con el segundo tema, más liviano y vivaz. En el segundo movimiento Tchaikovsky nos recuerda su particular talento como compositor de ballet. Las melodías en tiempo de vals se presentan con contrastes de tonalidad y movimiento admirablemente calculados en una música que nunca cesa de ser dulcemente lírica. Este Vals es seguido por una Elegía más abiertamente rusa en su inspiración, en la cual el genio del compositor para la invención melódica se acopla con una impresionante destreza para manejar la textura de las cuerdas y una sutil manipulación de un material musical que es básicamente una simple escala. El Finale comienza con una gentil transición de la tonalidad y la atmósfera de la elegía hacia una melodía rusa basada en una escala descendente, un recurso que es enfatizado y que sirve para comprender finalmente el origen de los compases iniciales de la Serenata y la génesis de toda la obra.

El ballet “La Bella Durmiente” de Tchaikosky fue estrenado en enero de 1890. Luego de este estreno, ese mismo mes, el compositor partió de Rusia hacia Florencia en Italia, para dedicarse a trabajar en una nueva ópera basada en Pushkin, “La Reina de Espadas” o “Pique Dame”, para la cual su hermano Modesto había preparado un libreto. En 44 días los borradores estaban completados de modo que el compositor partió hacia Roma acompañado por Nazar, la sirvienta de su hermano Modesto. En el mes de mayo ya estaba nuevamente en Rusia y, en la casa alquilada en Frolovskoye, completó la partitura de la ópera y se puso a trabajar en su sexteto para cuerdas. En varias cartas a su hermano Modesto el compositor fue anunciando el avance en la composición de la obra, mostrando especial deleite por la fuga final. No obstante, pronto expresaría mucha menos satisfacción, con su usual autodesvalorización como evidencia de una supuesta disminución de su capacidad creativa.

El sexteto, con el título “Souvenir de Florence” descriptivo de su origen temático, fue estrenado en noviembre de 1890 y fue revisado por el compositor hacia fines del año siguiente. El primero de los cuatro movimientos es en forma de rondó, seguido por un segundo movimiento, Andante, en forma ternaria. El tercer movimiento en forma de canción, con su trío central, conduce eventualmente al movimiento final en forma de allegro sonata. Al comienzo Tchaikovsky experimentó cierta dificultad con la forma del sexteto, especialmente con el reto de mantener sus dos violines, dos violas y dos chelos en igualdad de balance y equilibrio camerístico. Afortunadamente el resultado final fue una exitosa contribución al repertorio para cuerdas, con una obra que fortalece el lirismo de la composición conteniéndolo, al mismo tiempo, en un diseño clásico.