El gobierno de Brasil anunció el miércoles un recorte de 55.000 millones de reales (unos 32.000 millones de dólares) en los gastos del presupuesto 2012, para gatantizar austeridad fiscal y crecimiento, informó el ministro de Hacienda, Guido Mantega.
"Hemos hecho un corte elevado, de 55.000 millones de reales", explicó Mantega, en rueda de prensa, acompañado de la titular de Planificación, Miriam Belchior.
El recorte es incluso superior a uno anunciado para el presupuesto del año pasado, cuando la presidenta Dilma Rousseff asumió el gobierno, que entonces fue de 50.000 millones de reales, equivalentes entonces a unos 30.000 millones de dólares.
El gobierno aseguró que los recortes no impactarán los programas sociales ni las grandes inversiones previstas en el país para organizar la Copa del Mundo de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Los progamas de inversión en infraestructura y explotación petrolera, los de viviendas populares y el Brasil sin Miseria destinado a acabar con la pobreza extrema en la que viven 16 millones de brasileños "están íntegramente preservados, así como las áreas de salud y educación", garantizó el gobierno en una nota.
El recorte tiene por objetivo garantizar que Brasil cumpla su meta de superávit fiscal primario (ahorro del gasto público para pagar intereses de la deuda), de 140.000 millones de reales (81.000 millones de dólares), un compromiso de austeridad fiscal mantenido en los últimos años.
El país quiere con ello reducir el déficit público y llevarlo a 1,2% del PIB, abrir espacio para reducción de las tasas de interés y garantizar espacio para la expansión económica "con solidez fiscal", dijo el ministro Mantega.
"Lo que queremos es impulsar el crecimiento económico del país. A pesar de las dificultades, con varios países desacelerando (su crecimiento debido a la crisis), Brasil está en condiciones de acelerar (su) crecimiento en 2012", añadió.
El gobierno brasileño aspira a una expansión de la economía de 4,5% del PIB este año, y de 5,5% en 2013 y 6% en 2014.
En 2011, la economía brasileña se desaceleró y el crecimiento se estima en poco más de 3%, tras una expansión de 7,5% en 2010.
El recorte en Brasil es "diferente del ajuste fiscal que aplicaron los países europeos, que lo cortan todo. No es eso lo que estamos haciendo, sino una consolidación fiscal, que resultará en un resultado (fiscal) primario satisfactorio, y viabilizará el refuerzo de los programas sociales y la inversión", expresó Mantega.
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