Un beso no es "solo un beso", como cantaba Louis Armstrong en "As time goes by": al menos segun la ciencia, para quien la cascada de hormonas que desencadena el roce de los labios sirve para establecer si la pareja es la decuada y hasta permite perder peso y fortalecer el sistema inmunitario.
Por eso, explicó la investigadora Sheryl Kirshenbaum, de la Universidad de Texas y autora del libro "The Science of Kissing" -que recoge los últimos estudios sobre el tema- es mejor estar preparados desde el primer beso.
La primera verdad del "beso perfecto" es esperar el momento justo. "Crear un vínculo antes del encuentro de los labios aumenta los niveles de oxitocina, la hormona del amor; esto alienta el sentimiento de acercamiento recíproco", dijo la investigadora.
Por ese motivo hay que evitar el alcohol, que interfiere con la dopamina, la serotonina y la oxitocina.
Sí, en cambio, al lápiz de labios: los hombres se ven atraídos por los labios rojos y plenos, porque en la naturaleza indican un elevado nivel de estrógenos, señal de fertilidad. Y también es importante la higiene oral para evitar presiones sobre la pareja, que pueden subir el nivel de cortisol, la hormona del estrés.
El beso, agregó la antropóloga Helen Fisher, es un verdadero "instrumento de evaluación" para elegir a la pareja.
"Buena parte de la corteza cerebral está dedicada a analizar las sensaciones de los labios, mejillas, lengua y nariz, que comprometen a cinco de los doce nervios del cráneo", explicó.
El análisis fue confirmado por los estudios de Gordon Gallup, de la Universidad de Nueva York: "El 59 por ciento de los hombres y el 66 por ciento de las mujeres afirma haber interrumpido una relación por un mal beso".
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