Claro está, debemos aceptar que es la tercera división del fútbol argentino y teniendo en cuenta como se juega en primera las limitaciones son la realidad. Técnicos limitados, más jugadores limitados, más fútbol limitado, resultado : partido mediocre. 2 a 2 , final entre equipos con algunos jugadores tucumanos y santiagueños mezclados con foráneos. Balvorin y Pérez los goles locales , Barreto y Vestar los tantos de la visita. Expulsado Carabajal del conjunto de Santiago del Estero.
Conformes todos menos los miles de simpatizantes que llegaron a la Ciudadela.
No se puede pretender presenciar un gran partido con la mediocridad puesta en la cancha por todos los protagonistas. Desde los técnicos, pasando por el referí y finalizando en los jugadores. Salvo la voluntad de Ibáñez y la experiencia de José Burtovoy los demás cumplieron los preparado por los técnicos, nada. Nada de fútbol, nada de sorpresas, nada de entusiasmo, nada de nada.
Un buen zapatazo desde fuera del área, ante la mirada de defensores y arquero, del paraguayo Darwin Barreto puso a los “ferroviarios” con un gol de ventaja cuando a 8 minutos de iniciado el juego.
San Martín quiso despertarse, pero el único que escuchó el despertador fue Gustavo Ibáñez, sus compañeros siguieron remolones y con poco entusiasmo para abandonar la siesta. Y eso que desde los 31 minutos el conjunto que dirige Daniel Córdoba se quedó con 10 hombres por expulsión de Luis Carabajal. ¿Ya se habrán enterado Monzón y sus futbolistas, que tenían un hombre de más?
Continuó lo que era de esperar: Central Córdoba haciendo todo el tiempo posible, San Martín tanteando en la oscuridad de su precario fútbol. Los locales con un primer tiempo para el olvido. En el complemento, se “jugó” Monzón sacando a su cuñado, Fabián García otrora delantero y ahora intentando jugar de marcador lateral , carrilero ( la verdad no se) y entró en su lugar Víctor Beraldi. Eso le dio mayor movilidad al equipo y sobre los 10 el interminable Ratón envió un centro y Gustavo Balvorín (otro gran siestero) de cabeza puso el 1 a 1.
En 35 minutos jugada prepara por el Profe Córdoba, ingenuidad en la marca de los santos y Vester de cabeza pone el 2 a 1 a favor de la visita. Caliente el clima, la hinchada que también hizo una siesta larga comenzó a acordarse de los parientes de todos aquellos que con camiseta roja y blanca corrían sin orden, por la cancha. El Moncho se mandó al banco para no escuchar las alusiones a sus familiares cercanos. Menos mal que Héctor Pérez en tiempo de descuento hizo el gol del empate. Los insultos amenguaron.
Ante tantos errores los equipos hicieron los goles más por eso que por méritos. Anda con este fútbol.
Daniel A. Villalba
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