La justicia española condenó este jueves a 11 años de inhabilitación al juez Baltasar Garzón por un caso de escuchas ilegales, expulsando de la carrera judicial a un magistrado que osó investigar controvertidas cuestiones como los crímenes de la dictadura franquista.
Pero Garzón, mundialmente conocido por la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet en 1998 en Londres, prometió "combatir" legalmente esta condena "injusta y predeterminada" destinada a "acabar con un concreto juez" laminando de paso "la independencia de los jueces en España".
"Acudiré a las vías legales que correspondan para combatir esta sentencia", afirmó. "Mis derechos han sido sistemáticamente violentados", denunció.
Por decisión unánime, el Tribunal Supremo español lo condenó a "11 años de inhabilitación especial para el cargo de juez" por estimar que vulneró el derecho a la defensa al ordenar la grabación de conversaciones en prisión entre abogados defensores y sus clientes.
Los detenidos eran presuntos cabecillas de una red corrupta, conocida en España como "trama Gürtel", que en 2009 salpicó a altos cargos regionales del Partido Popular, que ahora gobierna España.
Garzón aseguró haber ordenado las escuchas por sospechar que los abogados participaban en operaciones de blanqueo de dinero.
Sin embargo, con extrema dureza, la alta corte consideró que éstas son "prácticas que en los tiempos actuales solo se encuentran en los regímenes totalitarios en los que todo se considera válido para obtener la información".
Esta condena, explicó una fuente del Tribunal Supremo, "significa la expulsión de la carrera judicial" del juez, de 56 años, que dentro de 11 años tendría que pedir la reincorporación para poder volver a ejercer.
"Es la muerte de un profesional", declaró a la AFP su abogado Francisco Baena. "Decirle a un juez que no puede ser juez es tanto como una muerte", agregó.
La condena de Garzón desató diversas protestas en España de activistas de derechos humanos.
Unos 500 a 600 manifestantes confluyeron en la Puerta del Sol de Madrid gritando "Vergüenza. Garzón, amigo, el pueblo está contigo. Necesitamos más jueces como Garzón".
Muchos estaban furiosos con el Tribunal Supremo que consideró que Garzón era culpable de haber ordenado escuchas ilegales en un caso que implica a importantes hombres políticos españoles.
Ninguno de los acusados en ese caso fue condenado.
"Ha sido el mejor juez que ha tenido España", dijo Emilio Garrido, de 87 años, en una calle de Madrid.
Esta sentencia llega sólo un día después del fin de otro juicio contra Garzón, que despertó gran expectación dentro y fuera de España, por querer investigar más de 114.000 desapariciones durante la Guerra Civil (1936-39) y la dictadura franquista (1939-75) pese a una ley de Amnistía.
De ser declarado culpable, el magistrado puede ser condenado a hasta 20 años más de inhabilitación.
La coincidencia de estos casos, y la existencia de un tercero para el que aún no se anunció juicio, llevaron a sus partidarios a denunciar una maniobra política.
En una reacción muy poco habitual de la familia del juez, María Garzón Molina, de 27 años, escribió una carta abierta a los que "han vertido insultos y mentiras" y "hoy brindarán con champán" por la condena de su padre.
"A todos ustedes les diré que jamás nos harán bajar la cabeza, que nunca derramaremos una sola lágrima por su culpa", afirmó desafiante.
"Las circunstancias en las que esta condena se produce no podrán evitar ser juzgadas internacionalmente como un castigo al juez Garzón por investigar los crímenes franquistas", consideró por su parte el juez venezolano Pedro Nikken, ex presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La jefa del gobierno regional de Madrid, Esperanza Aguirre, miembro del Partido Popular (en el poder), fue más allá.
Es un día "muy alegre para España y la democracia", dijo. "¿Sabe por qué? Porque los fines, y no dudo que los fines de Garzón sean loables, los fines no pueden justificar los medios y ésa es la base del Estado de derecho", explicó
"Parece que los enemigos de Garzón tienen lo que querían", dijo Reed Brody, consejero legal de Human Rights Watch.
Pedro Nikken, presidente de la Comisión Internacional de Juristas, dijo que la combinación de casos contra Garzón dejan pensar que habría una campaña en su contra.
"Ha sido el mejor juez que ha tenido España", dijo Emilio Garrido, de 87 años, en una calle de Madrid, mientras que Begoña Antonio, de 55 años, opinó que "me parece muy grave y me parece el mundo del revés".
©AFP / johnny eggitt
De cabello cano, finas gafas y trajes impecables, Garzón, pionero de la "justicia universal", polariza a buena parte de la sociedad española entre partidarios y detractores.
Mientras los primeros defienden a capa y espada su dedicación, los segundos lo describen como un juez estrella, más preocupado por salir en los medios de comunicación que por el buen fundamento jurídico de sus instrucciones.
Además de haber investigado los crímenes de las dictaduras argentina (1976-1983) y chilena (1973-1990), logrando incluso enjuiciar al ex represor argentino Adolfo Scilingo --condenado en 2005 a 1.084 años de cárcel-- Garzón logró grandes éxitos en 20 años de lucha contra la organización armada independentista vasca ETA.
Pero también investigó a los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), grupo secreto creado por el gobierno socialista en los años 80 para eliminar físicamente a miembros de ETA.
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