Perteneciente a una familia de músicos, en la que cada uno de sus ocho hermanos tocaba algún instrumento, sus primeros conocimientos musicales se los transmitió el Pardo Sebastián Ramos Mejía, guarda de tranvía y bandoneonista. A los 12 años de edad actuaba ya como ejecutante profesional en bailes de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, para pasar luego a los cafés de la Boca y más tarde en el Armenonville, el Montmartre, en lo de Laura y María La Vasca. Fue autor de más de 40 tangos. VIDEO con el tango “El pibe”, en una grabación de 1910
Por Adrián D`Amore
El bandoneón es el símbolo del tango. Tanto, que muchos músicos y aficionados sostienen que cualquier melodía ejecutada en dicho instrumento suena como si perteneciera al género rioplatense.
Extraño destino para este pariente de la concertina nacido en Alemania y diseñado originalmente como órgano portátil para las procesiones religiosas. Como a miles de inmigrantes europeos que cruzaron el Atlántico a fines del siglo XIX y comienzos del XX, el viaje les cambió el destino.
Sin embargo, el tango nació sin fueye. Los tríos que fatigaban aquellos tanguitos inaugurales en los prostíbulos rioplatenses de las últimas dos décadas del 1800, estaban compuestos por flauta, violín y guitarra.
Fue en aquella época que un 3 de febrero de 1888 nació en Buenos Aires, en una familia de músicos, Vicente Greco. Diez años más tarde, se imprimiría la primera partitura de un tango porteño con autor registrado: "El entrerriano" -estrenado en 1896- de Rosendo Mendizábal. El dato sólo sería de contexto si no fuera porque en 1910, Vicente Greco, un joven bandoneonista autodidacta y compositor, llevaría al disco por primera vez un tango con bandoneón.
En la matriz N° 55.400 del sello Columbia, la Orquesta Típica Criolla de Greco estampaba en un registro histórico el tango "Rosendo" (justamente), de Genaro Vázquez.
Dos coordenadas fundacionales confluyen en esa placa discográfica que es la hazaña de Greco. En primer término, plasma la incorporación al tango del bandoneón, ese instrumento endiablado que aquellos pioneros fueron domando con dosis heroicas de sensibilidad e intuición. Sin métodos, sin conservatorios, con dos teclados ocultos a la vista, que suenan diferente entre sí, que disparan sonidos distintos según se toque abriendo o cerrando el fueye, y cuyas notas están sembradas aleatoriamente en 71 botones (no como en el piano, donde las octavas están prolijamente alineadas).
En el dominio de aquella "jaula" (como la apodara Aníbal Troilo) para poder expresar los sentires del desarraigo, de la miseria del suburbio, de la esperanza en la nueva tierra, está la marca en el orillo del origen popular del tango.
En segundo lugar, aquella Orquesta Típica Criolla conformaría la matriz sobre la cual se forjaría la formación que se volvería característica y definitoria del tango moderno. Los apellidos ilustres de D`Arienzo, Troilo, Fresedo, Di Sarli, Francini, Pontier, Pugliese y tantos otros, están indisolublemente ligados a esas dos palabras que fueron casi nombres de pila, Orquesta Típica, emblema de una época y de un estilo.
Plataforma del tango cantado y tocado para bailar, reinaría durante décadas y, a partir de los años `60, conviviría con formaciones más eclécticas, también reunidas siempre en torno del bandoneón, de las que el quinteto de Astor Piazzolla sería icono y referencia fundamental.
Vicente Greco fue uno de los pilares de la Guardia Vieja. Tocó en los bares de la Boca y en la casa de baile de María "La Vasca". En el célebre bar El estribo de Entre Ríos al 700 y en el mítico cabaret Armenonville.
Animó los carnavales de 1914 liderando un sexteto junto a Francisco Canaro y vendió miles de discos de su primer tango, "El morochito", compuesto en 1905. Carlos Gardel grabó varios temas suyos, como "La percanta está triste" y "Pobre corazoncito", pero sus obras más trascendentes fueron instrumentales. "Ojos negros", "Rodríguez Peña", "La viruta" y "Racing Club" forman parte del repertorio más ejecutado y grabado por los músicos del género hasta nuestros días.
El sexteto de Julio De Caro puede considerarse el primer gran "update" de la Orquesta Típica Criolla iniciada por Greco. Integrado por otros monstruos del tango, como su hermano pianista Francisco y los bandoneonistas Pedro Maffia y Pedro Laurenz, con el contrabajo ya incorporado en la formación, el grupo de De Caro grabó sus primeros discos para el sello Víctor en 1924.
Vicente Greco murió el 5 de octubre de ese mismo año. Su legado ya estaba en marcha hacia un futuro de oro. (Télam)
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