Investigadores argentinos y del exterior elaboraron un método científico que permite obtener la “huella dactilar” de vinos tintos argentinos como herramienta para establecer su procedencia y origen botánico, es decir la variedad de la uva. Los detalles de la metodología fueron descritos en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, la publicación oficial de la Sociedad Química de Estados Unidos.
Esta herramienta será útil para garantizar la autenticidad y procedencia de los vinos.
La técnica se basa en la determinación de la composición química (orgánica, inorgánica e isotópica) del suelo, agua de riego y de los vinos. “Los elementos químicos presentes en el suelo y el agua de riego se trasladan al vino a través de la uva. Por otro lado, los compuestos fenólicos presentes en la uva, cuyo perfil es característico de su variedad y las condiciones ambientales del área de cultivo, son cedidos al vino en el proceso de elaboración”, explicó a la Agencia CyTA la doctora Romina D. Di Paola-Naranjo de la Facultad de Ciencias Químicas-CIBICI de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC)-CONICET quien forma parte del equipo dirigido por el doctor Daniel A. Wunderlin, director del Instituto Superior de Investigación, Desarrollo y Servicios en Alimentos (ISIDSA) y miembro del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional de Córdoba y CONICET (ISIDSA-ICYTAC).
La herramienta creada por los investigadores argentinos permite diferenciar vinos a partir del trazado de sus perfiles químicos (“huella dactilar”) mediante el empleo de la “quimiometría”, un término que se refiere a un conjunto de procedimientos y técnicas estadísticas que permiten determinar los perfiles químicos de vinos y suelos. “Mediante la aplicación de esta metodología, conseguimos clasificar nuestros vinos y demostrar la correlación entre la composición del suelo y el vino, lo cual le da robustez y fiabilidad al estudio”, subraya la doctora María Verónica Baroni, del ISIDSA-ICYTAC quien también participó en el estudio.
El análisis de los perfiles químicos de suelos y vinos de tres regiones productoras de nuestro país (Mendoza, San Juan y Córdoba), considerando tres variedades de gran importancia enológica (Cabernet Sauvignon, Malbec y Syrah), lograron demostrar la eficacia de la técnica desarrollada por los científicos argentinos. “El análisis estadístico de los datos nos permitió encontrar una fuerte asociación entre el suelo de procedencia de la uva utilizada en la elaboración del vino y su composición final”, destacó Baroni.
Asimismo, el método desarrollado permitió diferenciar los vinos entre regiones, variedades, y la misma variedad procedente de distintas regiones. Así, se podría diferenciar, por ejemplo, un vino Malbec de Mendoza de uno sanjuanino, ofreciendo al consumidor la posibilidad de verificar el origen del producto, y a los productores una herramienta para certificar la procedencia de sus vinos. Para los investigadotes, se trata de una metodología sumamente útil a la hora de facilitar la venta de nuestros vinos en mercados exigentes y evitar la adulteración de los productos.
En la investigación también participaron investigadores de la Universidad Nacional de San Juan, del Ministerio de Ciencia y Tecnología Provincia de Córdoba-CEPROCOR, de la Universidad de Buenos Aires (INGEIS – UBA/CONICET), de la Comisión de Energía Atómica, de la Universidad Nacional de La Plata (IGEVET- UNLP/ CONICET) y de la Universidad de East Anglia en el Reino Unido.
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