Argentina puso en marcha este miércoles nuevas medidas de control a las importaciones que apuntan a frenar la salida de divisas en un contexto de crisis internacional, pese a las críticas de Brasil, Uruguay y Paraguay, sus socios en el Mercosur.
Los importadores deberán presentar desde ahora una declaración jurada de sus compras en el exterior para pasar a la llamada ventanilla única de la oficina de impuestos (AFIP) antes de autorizarse la operación, lo que ha generado incertidumbre en el sector por la multiplicación de trámites que pueden ocasionar demoras en las operaciones.
La AFIP dijo que se tomará 72 horas para responder a las declaraciones juradas pero podría contar con un plazo extra de 10 días, en un trámite que comprende a varios organismos oficiales involucrados en el comercio exterior.
La iniciativa se produce en medio de la crisis internacional que llevó al gobierno de Cristina Kirchner a adoptar medidas para preservar las reservas monetarias del país, que bajaron en 2011 de 52.000 millones de dólares a 46.000 millones de dólares, en un contexto de fuerte fuga de divisas de Argentina.
El gobierno pretende además mantener un superávit comercial, como mínimo, de 10.000 millones de dólares en 2012.
El nuevo sistema intenta "reducir aún más las importaciones para evitar el deteriorio en la cuenta comercial. El principal desafío (para el gobierno) en 2012, en medio de la crisis, es cómo conseguir los dólares. Más bien la medida busca la protección de los dólares", dijo a la AFP el economista Mariano Lamothe, de la consultora abeceb.com.
La balanza comercial argentina cerró 2011 con superávit de 10.347 millones de dólares, lo que implica una caída de 11% con respecto al año anterior.
Las exportaciones sumaron el año pasado 84.269 millones de dólares (+24,0%), mientras que las importaciones llegaron a 73.922 millones de dólares (+31,0%).
La iniciativa, que ha generado quejas entre empresarios de Uruguay, Paraguay y Brasil, el mayor socio comercial de Argentina, se sumó a otras recientes medidas de sustitución de importaciones del gobierno de Kirchner, como la instrumentación de licencias no automáticas de importación.
"Estas medidas generan como mínimo quejas y probablemente algunas represalias, aunque no creo que las respuestas (de otros países) tengan consecuencias relevantes", dijo a la AFP el economista Horacio Costa, de la consultora DPA.
De su lado, Lamothe sostuvo que se observa "un mayor grado de inconformidad (en países del Mercosur) porque ya se venían imponiendo resoluciones de ese cáracter y generan mucha incertidumbre y falta de previsibilidad".
El gobierno brasileño se declaró preocupado este miércoles ante las nuevas medidas de control de importaciones de Argentina, e informó que evaluará su legalidad e impacto antes de adoptar una decisión, dijo la secretaria de Comercio Exterior, Tatiana Prazeres.
"Seguimos con preocupación este tema, y estamos en contacto permanente con el sector privado de Brasil y el gobierno de Argentina, para que podamos entender el impacto económico de este nuevo régimen y la consistencia jurídica" del sistema, señaló.
La poderosa Federación de Industrias de Sao Paulo (FIESP) estima que aproximadamente 80% de las exportaciones brasileñas a Argentina podrán verse afectadas, lo que implica a un universo de 5.500 importadores argentinos.
La balanza comercial de Argentina con Brasil arrojó en 2011 un déficit de 4.242 millones de dólares, lo que significa un aumento de 20% del saldo negativo con respecto a 2010, según datos oficiales de Argentina.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José de Mendiguren, consideró "exagerada" la queja de sus pares brasileños y afirmó: "En la crisis que hoy el mundo está viviendo, no conozco un solo país que no administre su comercio".
"Brasil lleva más de 80 meses de una balanza comercial netamente favorable y las exportaciones de Brasil a Argentina han crecido por encima del 25% en el último período", afirmó De Mendiguren.
De su lado, el presidente de la comisión de Comercio Exterior de la Cámara de Industrias de Uruguay, Rafael Sanguinetti, dijo que el sector sufre "un bloqueo sistemático por parte de Argentina de todas las exportaciones, en una flagrante contravención de todos los compromisos asumidos" y ejemplificó que su país apenas "representa el 2,06% de las importaciones argentinas".
Las exportaciones de Uruguay a Argentina sumaron 588 millones de dólares en 2011, un 16,8% más que en 2010.
El vicepresidente de la Unión Industrial Paraguaya, Eduardo Felippo, dijo a su vez que la "traba" argentina golpeará principalmente al sector de la confección y a fábricas que producen bajo el régimen de maquila.
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