La presentación del guitarrista tucumano Juan Falú en el Festival de Folclore de Cosquín obtuvo este miércoles como respuesta el poderoso silencio del público, tantas veces empujado, en ese mismo espacio, al énfasis innecesario del gesto festivalero.
Es difícil encontrar un artista más distante de Falú de aquellos preceptos que, se presume, habilitan el camino a la aprobación en un contexto tan hererogéneo como un festival, donde se afronta a un público que quizá haya pagado la entrada por otro artista.
El tucumano no sólo defiende su música solo con la guitarra, sin
apoyarse en la fuerza sonora del volumen, sino que ha afirmado su gusto
en las melodías más lentas, que imponen al oyente una posición de
quietud como precondición para el reconocimiento.
Así ocurrió este miércoles por la noche en la sexta luna de Cosquín y el
público le entregó a Falú el respeto del silencio, el estímulo del
aplauso y el reclamo (inviable por la premura de la programación) de un
bis en el repertorio.
El guitarrista midió el temperamento del público con la "Chacarera de
las piedras" (Atahualpa Yupanqui), donde ratificó su destreza para
improvisar arreglos sobre una melodía conocida.
Dominada la plaza, Falú leyó un poema de Néstor Soria, escrito el día del fallecimiento del genocida Antonio Bussi.
"Lo han de juzgar ahora nuestros muertos/que habitan en el altar de la memoria", sentenció.
Fue el prólogo para tres minutos de máxima intensidad a través de un
arreglo propio elaborado a partir de la simpleza melódica con la que
Ariel Ramírez concibió "La tristecita" en tiempo de zamba.
Prosiguió la "Canción del Jangadero", de Eduardo Falú y Jaime Dávalos.
Fue el cierre de un programa apretado, aunque el músico supo temperarlo
con la paciencia que requiere la sorpresa musical.
Poco antes de que Falú subiera al escenario, Teresa Parodi, que se
presentó también este miércoles por noche en Cosquín, había recordado
las palabras del tucumano en la edición 2006 del festival.
"Aquella vez a Falú le habían dado 12 minutos para tocar. Subió al
escenario y dijo `Ellos creen que tengo tiempo para cuatro temas, pero
como a mí la zamba me gusta lenta, voy a tocar tres`. Fue la expresión
de un artista soberbio. En Cosquín se mejoró mucho, pero todavía falta
equilibrar", dijo la correntina.
Parodi concluyó con otras palabras que bien se ajustan a la relación que Cosquín tiene con un artista de la envergadura de Falú.
"Los argentinos se merecen una cantidad de artistas que todavía no han
pasado por Cosquín. Depende -advirtió- de qué queremos que sea este
festival. Yo entiendo que debe ser la casa de todos y para eso todavía
falta".
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